A medida que aumenta el optimismo de los operadores sobre un acuerdo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), una nueva preocupación para México pasa a un primer plano: la amenaza de una desaceleración de su principal socio comercial.
"La política no nos preocupa mucho. Lo que nos preocupa más es que en 18 a 24 meses podríamos estar viendo una posible crisis en Estados Unidos", señaló Luis Gonzali, un administrador de dinero que ayuda a supervisar 2 mil millones de dólares para Franklin Templeton Investments en México.
"México es el mercado emergente más vinculado a EU, por lo que nos golpeará más fuerte".
El peso mexicano es la única moneda de mercados emergentes que se ha apreciado este año a medida que aumenta la confianza en un nuevo acuerdo del TLCAN y el presidente electo Andrés Manuel López Obrador suaviza su retórica sobre los empresarios. Sin embargo, ese nuevo optimismo puede ser injustificado, señaló Gonzali.
La razón es que la suerte económica de México está ligada a Estados Unidos, el destinatario del 78 por ciento de sus exportaciones, y las perspectivas de la mayor economía del mundo en dos años no son buenas.
Gonzali no es el único preocupado por una posible desaceleración global. Pacific Investment Management estima una probabilidad de 70 por ciento de que la economía mundial entre en recesión durante los próximos cinco años cuando la política monetaria ultra laxa de EU a Europa llegue a su fin.
Los comentarios surgen cuando Estados Unidos se dirige a su mejor crecimiento desde 2005, impulsado por una demanda interna robusta y el impacto de los recortes de impuestos.
La Reserva Federal sigue encaminada a elevar nuevamente las tasas este año, a pesar de una crisis en los mercados emergentes, el aumento de los riesgos geopolíticos y crecientes dolores de cabeza políticos para la administración de Trump .
"Es probable que los bancos centrales tengan que elevar las tasas de interés rápidamente y por mucho para controlar la inflación", señaló Gonzali.
"Eso probablemente conducirá a una desaceleración económica, tal vez incluso una recesión, en países desarrollados".
Por ahora, los activos mexicanos se han disparado. Las acciones y los bonos han subido desde las elecciones del 1 de julio, y el peso ha registrado el mejor desempeño que cualquier otra moneda.
Gonzali no cree que esos avances estén en peligro. Al menos durante los primeros años de Gobierno de López Obrador, espera una calma relativa.
Incluso ve un final benigno a las negociaciones del acuerdo comercial que han asolado al país desde que el presidente Donald Trump asumió el cargo. Pero a mediano plazo, surgirán riesgos de los países desarrollados.
"El riesgo más inminente que vemos vendrá del resto del mundo", señaló.