Investigaciones recientes descubrieron múltiples casos de corrupción relacionados con la constructora brasileña Odebrecht, lo que demuestra que la corrupción sigue siendo un desafío para los perfiles de crédito soberano en toda América Latina, aseguró la calificadora de riesgos Moody's en un documento.
El informe destaca que la mayoría de los países latinoamericanos tiene un pobre control de la corrupción, pues de los 18 gobiernos analizados cinco tienen una calificación "baja", ocho están catalogados como "muy baja" y sólo dos figuran como "moderado" . En el caso de México la calificación en el indicador de control de la corrupción es "muy baja".
"Sólo Chile, Costa Rica y Uruguay están en el top de la escala para en este indicador", indicó.
Para la firma, las calificaciones crediticias de los países pueden verse perjudicadas debido a que los canales de transmisión de la corrupción institucional son variados.
"La corrupción institucional puede afectar negativamente el desempeño económico de un país a través de la asignación incorrecta de recursos que, en su ausencia, se habrían asignado a usos económicamente más eficientes. También obstaculiza la productividad en el sector privado distorsionando los incentivos económicos e introduciendo cargas financieras adicionales para las actividades empresariales", añadió.
En el ámbito público, Moody's señala que la corrupción también puede afectar las finanzas públicas, ya que se pueden perder ingresos fiscales debido a la evasión. Además, la corrupción puede tener un impacto directo en el gasto público.
"En un caso en que los fondos públicos originalmente destinados a ser utilizados para proyectos de infraestructura fueron apropiados indebidamente, el gasto público se incrementa artificialmente, haciendo que éstos sean menos eficientes. Esto, a su vez, conduciría a un mayor endeudamiento por parte del gobierno, lo que afectaría negativamente a sus indicadores de deuda", explicó.
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