Al cierre del primer semestre de este año, tanto Pemex como la Comisión Federal de Electricidad (CFE), reportaron pérdidas acumuladas. En el caso de la petrolera fueron 49 mil 860 millones de pesos, mientras que en el caso de la eléctrica reportó 39 mil 864 millones en sus resultados a la bolsa.
Para Pemex, la pérdida se registró a pesar de que sus ingresos mejoraron, pues entre enero y junio de este año reportó ventas por 833 mil 570 millones, 24.6 por ciento más en comparación con el mismo periodo del 2017, cuando se registraron 668 mil 935 millones de pesos.
Sólo en el segundo trimestre del año, Pemex reportó una pérdida neta de 163 mil 172 millones de pesos, frente a las ganancias de 32 mil 761 millones de pesos en mismo lapso del año anterior.
Por otra parte, la CFE acumuló en los seis meses del presente año un ingreso por 217 mil 449 millones de pesos, 10.3 por ciento menos a lo reportado en el primer semestre de 2017 por 242 mil 314 millones de pesos.
Preocupa operatividad
Para Arturo Carranza, asesor en energía del Instituto Nacional de la Administración Pública, la situación financiera de Pemex no es tan frágil como lo es su operatividad, e incluso proyectó una posible mejoría para la segunda mitad del año.
"Si el tipo de cambio permanece en los niveles actuales y si el precio del petróleo promedia los 60 dólares por barril, Pemex reportará mejores resultados financieros también impulsados por sus buenas ventas y un flujo de efectivo positivo", explicó en entrevista.
Para el analista, la lectura que le preocupa al mercado son los indicadores de la petrolera, hecho que no se va a recuperar en el próximo semestre, sino que requiere de un esfuerzo de mediano y largo plazo.
La petrolera mexicana reportó el pasado viernes su quinta caída en la producción de crudo en el año con un 1.846 millones de barriles durante junio, 8.1 por ciento menos anual con relación a lo reportado en el mismo mes del 2017.