El caso de abandono del área 14 de la Ronda 1.3 por parte del consorcio Canamex Dutch-Perfolat de México y American Oil Tools pudiera ser el primero de otros por venir.
De acuerdo con los datos de los resultados de esta tercera licitación de campos terrestres, el promedio mínimo establecido por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para la variable de adjudicación principal, una regalía adicional para el Estado, fue de 3.68 por ciento en los 25 campos licitados.
En contraste, los ganadores de estas áreas ofertaron en promedio 56.13 por ciento, siendo algunas tan altas como de 80.69, caso del área que ya fue abandonada por Canamex. Así, la diferencia entre lo mínimo aceptado y lo ofertado fue de 52.4 puntos porcentuales, lo que expertos advierten como un riesgo.
Luis Vielma, director general de Galem Energy, empresa mexicana que ya trabaja en el sector de exploración y producción, señaló que el Estado mexicano tomó altos riesgos en esta licitación, pues las empresas no contaban con las capacidades necesarias en tres ámbitos.
"Creo que pudieran venir otros casos. El espíritu de la 1.3 fue un enfoque, diríamos, de 'buena onda', el objetivo era incentivar el capital nacional en el nuevo modelo.
"El riesgo que tomó el Estado al hacer esta licitación fue altísimo porque, como todos sabemos, en México no había empresas operadoras con excepción de Pemex y algunas de servicios", dijo Vielma.
El hecho que este primer consorcio haya ofertado tan alto y ahora haya decidido abandonar el área está ligada a la falta de análisis económico-financiero y de ingeniería de campos, pues en ocasiones se tomaron resultados de ingresos antes de impuestos, el famoso EBITDA, explicó Vielma.
Ramsés Pech, analista de Caravia y Asociados, explicó que las empresas no analizaron otros factores como necesidades de infraestructura.
"Ahorita podemos esperar una desbandada de compañías que quisieron ofertar demasiado, hay que recordar que no es lo mismo en papel que en la vida real", dijo Pech.