Si los déficits bilaterales fueran la guía para "hacer grande" a Estados Unidos, el gobierno de Donald Trump ha puesto a su equipo en ruta de cometer un error, ya que este será un indicador profundamente defectuoso sobre sus relaciones comerciales y podría llevar a los Estados Unidos a disputas equivocadas, de acuerdo con el Wall Street Journal.
El periódico señala que EU tiene un déficit comercial que se atribuye a que consume más de lo que produce, y al carecer de ahorro interno, son los mercados financieros los que captan ahorro del exterior por medio de la venta de activos financieros como acciones, bonos u otros instrumentos para financiar este consumo y el gasto de capital.
Un déficit comercial siempre tiene como contraparte una entrada de capital extranjero.
El déficit comercial aritmético (importaciones menos exportaciones) no es lo que genera controversia, sino lo que lo causa.
Para Trump y para Pedro Navarro, el director del Consejo Nacional de Comercio, la culpa es del comercio desleal, argumentando que otros países están haciendo trampas en el ámbito del comercio mundial. Sin embargo, sus críticos dicen que es el atractivo de EU como destino de inversión extranjera.
La publicación dice que los déficits comerciales y las entradas de capital son el resultado de una combinación de los flujos de captación de ahorro interno y externo de los Estados Unidos, así como del comportamiento del consumo interno y de la inversión, que en gran parte puede ser benigno, pero algunos casos no.
Los argumentos de Donald Trump parten de que debería haber alguna correlación entre las barreras proteccionistas y la balanza comercial, pero no es así. Por ejemplo Brasil y la India son altamente proteccionista y continúan registrando déficits comerciales, ya que ahorran menos de lo que invierten.
Por el contrario, Alemania y Suiza tienen un sistema comercial de bajos aranceles y mantienen balanzas comerciales superavitarias debido a su elevado ahorro en relación con la inversión.
En un próximo libro, Joseph Gagnon y Fred Bergsten, del Instituto Peterson para la Economía Internacional, estudiaron 125 países y encontraron que entre 2003 y 2014, los que tienen tarifas comerciales más altas por lo general tenían grandes déficits en cuenta corriente o excedentes más pequeños que otros. Algunas barreras comerciales no aparecen como aranceles, sino como requisitos de contenido local, pero esos no parecen alterar la relación general.
Esta es la razón por la que los tipos de cambio entre monedas se ajustan.
En lo que se refiere a la idea de un impuesto transfronterizo, se señala que si los Estados Unidos impulsan algún tipo de gravamen que afecte a las importaciones, tendría que reducir la demanda de inversiones extranjeras, lo que llevará a un fortalecimiento del dólar, abaratando las importaciones y haciendo las exportaciones más caras, anulándose los efectos de este impuesto.
Si se le imponen aranceles a un solo país, la moneda de ese país se depreciaría. Sus exportaciones irían a otros países (donde se les cobran menos o ningún arancel), en tanto que las importaciones estadounidenses tendrían otros países de origen. Esto podría cambiar el déficit bilateral de Estados Unidos con ese país; pero su déficit global podría registrar una reducción menor.
Pero esto no quiere decir que las prácticas comerciales desleales no importan.
Cuando un país subsidia sus exportaciones y restringe las importaciones, el beneficio es para los consumidores a expensas de los trabajadores de las fábricas nacionales.
En este contexto, las importaciones estadounidenses de bienes o la adquisición de empresas de EU por parte de empresas extranjeras pueden costarle a la economía americana el know-how, la propiedad intelectual y futuros empleos bien remunerados.
Un estudio realizado por David Autor, del Instituto de Tecnológico de Massachusetts, y otras cuatro personas llegó a la conclusión de que las empresas estadounidenses más afectadas por la competencia de las importaciones chinas han reducido no sólo el empleo sino también el número de patentes y la investigación y el desarrollo.
Los persistentes déficits comerciales por lo general son reflejo de factores estructurales. Los Estados Unidos están prácticamente obligados a mantener un déficit comercial debido a la demanda por 'refugio seguro' de que sus instrumentos de inversión, lo que impulsa al dólar y las entradas de capitales.
Los trabajadores japoneses que tenían una elevada capacidad de ahorro alimentaron su superávit comercial; pero como se están retirando y gastado sus ahorros, el excedente ha desaparecido.
El equipo de Trump está en lo correcto al creer que a veces los desequilibrios comerciales reflejan la manipulación de cierto gobierno, reflejándose en los mercados de capitales. El estudio de Gagnon y Bergsten encontró que los países que compran divisas para manipular el valor de su propia moneda, tienden a registrar elevados excedentes comerciales.
En el pasado, la intervención de la moneda china y los controles más estrictos sobre las entradas de capital han mantenido al yuan artificialmente barato y sus excedentes comerciales, inflados.
Brad Setser, del Consejo de Relaciones Exteriores de EU, dice que Taiwán y Corea del Sur han mantenido bajas sus divisas a través de la intervención de moneda y para alentar a los inversionistas nacionales a comprar activos en el extranjero, y desalentando a los extranjeros a comprar activos financieros de esos países.
En el caso de México, Trump podría utilizar el argumento del déficit para comenzar este periodo de disputas equivocadas. México tiene un superávit comercial con EU y Trump parece determinado a solucionarlo mediante la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y golpeando con tarifas transfronterizas a las empresas que subcontratan su producción en México.
Sin embargo, México tiene un déficit comercial con el mundo en su conjunto y Estados Unidos estaría atacando a un país que está reduciendo el exceso mundial de ahorro y que no contribuyen al mismo.
Si el daño económico y diplomático no fuera suficiente, eso es una razón más para que el presidente de Estados Unidos tenga cuidado acerca de cómo escoge sus batallas.
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