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Con la infraestructura del Centro de Tecnología para Aguas Profundas del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), que inauguró en marzo pasado, el tiempo entre el descubrimiento y la primera producción de un yacimiento de crudo, estimado en 10 años, se reducirá entre un 50 y 70 por ciento dependiendo del proyecto.
"Con el uso de estas capacidades podemos reducir entre 5 y 7 años el periodo de desarrollo en aguas profundas", sostuvo Ernesto Ríos Patrón, director general del IMP en entrevista con El Financiero.
Subrayó además que "no sólo se trata de un ahorro económico, sino de la velocidad en que puedes llegar a monetizar la producción y sus resultados" y explicó también que los ahorros son principalmente consecuencia de cuatro aspectos.
El primero de ellos se refiere a contar con medios controlados para identificar el comportamiento de los equipos desde antes de ser instalados; el segundo trata de una garantía para la sociedad con la que se asegura que los diseños de los equipos son suficientemente robustos para minimizar la posibilidad de accidentes.
La estabilidad en la perforación corresponde al tercer tema, mientras que en cuarto lugar está la prueba de equipos vinculada con la medición de hidrocarburos con la que no se reducen tiempos pero sí garantiza la captación del valor económico.
El recién inaugurado Centro, situado en Boca del Río, Veracruz, cuenta con tres áreas: Reducción de Riesgos, Perforación y Prueba de Equipos; esto, de acuerdo con Ríos Patrón, lo convierte en "uno de los centros más completos e integrales en investigación y desarrollo en todo el mundo, capaz de cubrir la totalidad de la cadena de valor".