Economía

Prevén límites a exportaciones de azúcar mexicana a EU

Carlos Rello, director general de FEESA, un fondo manejado por el Gobierno, dijo que un acuerdo para limitar exportaciones de azúcar mexicana a EU podría fijar un piso de entre 1.1 millones y 1.3 millones de toneladas por ciclo.

Un acuerdo para limitar exportaciones de azúcar mexicana a Estados Unidos podría fijar un piso de entre 1.1 millones y 1.3 millones de toneladas por ciclo, un paso que ayudaría a zanjar una sensible disputa entre ambos países, dijo el viernes el jefe de los ingenios en manos del Gobierno de México.

El Departamento de Comercio de Estados Unidos fijó en agosto aranceles preliminares por subsidios al azúcar mexicana, en una decisión que podría generar represalias de México.

Ambos países negocian un "acuerdo de suspensión" para terminar con la disputa y buscan un arreglo antes de que Estados Unidos resuelva este mes otro caso relacionado con el azúcar mexicana, en el que podría imponer cuotas compensatorias adicionales a los aranceles por subsidios.

El acuerdo incluiría un límite a las exportaciones mexicanas del edulcorante a Estados Unidos, libres de arancel de acuerdo al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en el que participan ambos países y Canadá.

Carlos Rello, director general de FEESA, un fondo manejado por el Gobierno que agrupa nueve ingenios que producen alrededor del 22 por ciento del azúcar mexicana, dijo que la idea es establecer un acuerdo "flexible" pero con un piso.

"Ese piso, que sea un piso conveniente para satisfacer las necesidades de los Estados Unidos de Norteamérica", dijo Rello en entrevista con Reuters.

"Los rangos estaban muy abiertos. Uno era de cerca de 600 mil toneladas y el otro era un millón 600 mil toneladas. Ya podríamos decir que podría ser 1.1 - 1.3 millones de toneladas", destacó.

Observadores dicen que es difícil que se llegue a un acuerdo para terminar con la disputa antes de que Estados Unidos decida sobre las cuotas compensatorias y antes de que inicie la zafra en México el próximo mes, lo que afectaría las exportaciones mexicanas, que suelen hacerse en los primeros meses del ciclo.

Rello dijo que en caso de no alcanzarse ese acuerdo, Estados Unidos debería reducir el arancel por subsidios fijado al FEESA, establecido en 17.01 por ciento y de 14.87 por ciento a todos los demás productores mexicanos, menos al ingenio Tala, al que se le impuso un gravamen de 2.99 por ciento.

"No puedo admitir eso porque eso sería un robo, sería muy grave en las relaciones Mexico-Estados Unidos", dijo. "Si no llegamos a un acuerdo, eso debería de reducirse", subrayó.

PRODUCCIÓN

Las exportaciones de azúcar de México, que se destinan en su mayoría a Estados Unidos, han aumentado en las últimas zafras debido a un mayor rendimiento de las cosechas.

Para el ciclo que se inicia en noviembre, Rello estimó que México produciría entre 5.7 millones y 6.0 millones de toneladas de azúcar, de las cuales las fábricas de FEESA generarían 1.4 millones de toneladas.

El funcionario dijo que FEESA, que exportó un 45 por ciento de su producción el ciclo pasado, ya tiene comprometidas 315 mil toneladas: 275 mil con Sucres et Denrees (Sucden) Americas Corp y 40 mil con CSC Sugar LLC (CSC).

El contrato con CSC fue renegociado a finales de septiembre, dijo Rello, después de haberse establecido en 300 mil toneladas.

CSC Sugar es uno de los mayores exportadores de azúcar mexicana y está asociado con la empresa de agronegocios basada en Singapur Wilmar International Ltd..

Estaba planeado que el proceso para vender los ingenios que administra el fondo, parte de un total de 27 expropiados en 2001, se iniciaría a finales del 2012, pero no se realizó.

Rello dijo que la postergada venta podría arrancar el primer trimestre del 2015 y que no se venderían en un único paquete, como se dijo inicialmente, sino en varios.

"Es un paquete muy, muy grande como para eliminar posibilidades", dijo. "Tenemos que dar oportunidad a más grupos empresariales a que puedan participar", añadió.

La venta estará libre de adeudos y los compradores deberán absorber el pasivo laboral, que Rello estimó entre 200 y 300 millones de pesos.

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