Si Estados Unidos logra que se incremente el porcentaje de contenido regional en los automóviles, las empresas manufactureras enfrentarían mayores costos, entre ellos el pago de impuestos, por lo que estarían obligadas a reconfigurar sus niveles de tributación, coincidieron expertos.
Además de tener que considerar un eventual aumento salarial, más alineado con los que paga EU en la industria automotriz.
Sergio Barajas, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos en Comercio Exterior, dijo que las empresas deben pensar en una reestructuración de sus operaciones desde el punto de vista de costear precios actuales y buscar reducciones en rubros como la logística.
"El tema fiscal se va a dar en el momento en que se importen las mercancías, cuando queden delineados todos los capítulos del tratado se va a establecer qué artículos quedarán con arancel cero. Después habrá que hacer el análisis de toda la cadena de suministro de materias primas para identificar los costos".
Christian Natera, socio en Natera Consultores, dijo que un cambio en las reglas de origen afectará los niveles de tributación de las manufactureras, por lo que tendrán que buscar eficiencias en sus plantillas laborales. "Habrá efectos indirectos en impuestos internos como ISR e IVA, de alguna manera como manufactura tendrás que buscar cómo llegar a tus mercados de exportación y para eso vas a tener que analizar tus costos y ajustarlos, eso automáticamente te va a mover tu utilidad para pago de ISR".
Agregó que si suben los salarios de los trabajadores, se elevarán los costos al tener que registrarlos en tarifas más altas de ISR.
Para Ubaldo Díaz, presidente del Colegio de Contadores Públicos de México, las medidas que plantea López Obrador, de bajar el IVA y la gasolina en la frontera norte, podrían ser un contrapeso para ganar competitividad y beneficiar a las manufactureras.