CIUDAD DE MÉXICO.- La reforma hacendaria trajo consigo un alza significativa de los ingresos tributarios, que derivó en una ruptura de la correlación entre la recaudación y el desempeño de la economía.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda, en los primeros tres meses del año los ingresos tributarios no petroleros se expandieron 10.7 por ciento real con relación al mismo periodo de 2013, presentando su mayor expansión para igual lapso desde 2008.
Este incremento no correspondió al escaso crecimiento económico reportado en los primeros tres meses de 2014, de 1.8 por ciento real anual, cifra que fue favorecida por el efecto calendario de la Semana Santa. Al sustraer dicho impacto, la actividad económica avanzó sólo 0.6 por ciento anual; su menor alza para un primer trimestre desde 2009.
La diferencia entre ambas tasas de crecimiento, el 1.8 del PIB y el 10.7 por ciento de los ingresos tributarios, fue 8.8 puntos porcentuales, nivel no observado desde 2008.
Incluso en 2009, en plena recesión económica, la brecha fue menor para el periodo de referencia.
En el primer trimestre de 2008 la recaudación tributaria no petrolera aumentó 17.1 por ciento anual real, mientras que la economía creció 2.1 por ciento anual, implicando una diferencia de 15 puntos porcentuales.
Marco Cancino, director del centro de investigación Inteligencia Pública, opinó que la reforma fiscal fue la principal responsable de esta diferencia entre crecimiento económico y recaudación fiscal.
Indicó que en los primeros tres meses de 2014, cuando entraron en vigor los nuevos impuestos y se ampliaron otros, se reportó un aumento significativo de la recaudación.
Pero, agregó que el mayor ingreso público no pudo ser correspondido por un avance en el ritmo de crecimiento económico, que pudo haber impulsado más la recaudación, "porque la reforma le restó capacidad de compra tanto a los hogares como a las empresas".
Señaló que en la medida en que hay mayor dinamismo en la economía se tiende a recaudar más, y estimó que es muy probable que continúe la distorsión entre recaudación y crecimiento económico en los próximos trimestres.
Lo anterior, dijo, porque más allá de reforma fiscal, la recaudación siempre va a depender del desempeño de la economía, y el panorama no luce tan alentador para lo que resta del año.
"Primero se debe observar un mayor dinamismo económico, para que partiendo de éste, se pueda recaudar más con el nuevo esquema tributario de la reforma fiscal", sostuvo.
Por su parte, Alejandro Cervantes, economista de Banorte-Ixe, coincidió en que la menor correlación entre crecimiento y recaudación fue resultado de los mayores ingresos provenientes de la reforma hacendaria, que restaron dinamismo económico, penalizando el consumo de los hogares y la inversión privada.
Por lo anterior, previó que en la mayor parte de 2014, al igual que en 2013, se pierda la correlación de los ingresos tributarios con el desempeño de la economía.
No obstante, consideró que podría comenzar a observarse cierta correlación en el último trimestre, pues el efecto de la reforma fiscal estaría completamente desvanecido. Además la economía mexicana dejaría atrás la afectación de la menor demanda externa vista en los primeros meses del año, por el crudo invierno que azotó a Estados Unidos y que limitó el comercio con ese país.