Economía

Trump ya está pensando en la reelección

En su gira de 11 días por Asia, en donde visitó a los líderes de China y Corea del Sur, entre otros, Donald Trump buscaba regresar a Estados Unidos con victorias en temas de comercio o Corea del Norte, para mantenerse a flote políticamente.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tenía una pregunta directa para el primer ministro vietnamita, Nguyen Xuan Phuc: ¿Por qué su país no compraba más equipamiento militar estadounidense?

Para Trump, un hombre de negocios viajero con estilo propio, que recorre la región para revertir décadas de déficits comerciales, la decisión de Vietnam de comprar armas a Rusia era incomprensible, casi insultante. No importa el hecho de que la ley de Estados Unidos impidió ese tipo de ventas hasta el año pasado.

Trump recordó a Phuc que ha sido presidente durante 10 meses, según dos personas, que solicitaron mantener el anonimato por tratarse de una reunión privada. ¿Qué estaba esperando?

Necesitaba victorias rápidas, le dijo a su equipo en la sala, porque se presentaría a la reelección antes de que nadie se diera cuenta. Y las ventas de armas, en opinión de Trump, son buenas para sus índices de aprobación.

La reunión fue un microcosmos de la visita de 11 días del presidente por Asia, un viaje maratoniano en el que los líderes extranjeros prodigaron constantemente a Trump con gestos halagadores, pero en el que Trump vio frustrado su deseo de obtener victorias rápidas en temas de comercio o Corea del Norte, que lo mantendrían a flote políticamente una vez de vuelta en casa.

Las naciones asiáticas estaban buscando señales de que Trump no había abandonado la región cuando se retiró del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) en enero. La Casa Blanca parecía sugerir que solo la duración del viaje era ya prueba suficiente, y tanto Trump como sus asesores lo mencionaron una y otra vez.

Expectativas regionales

Los líderes locales buscaban seriedad y no solo energía: cualquier señal de que Trump estaba preparado para ofrecer un potente contrapeso a China. Allí, les ofreció pocas razones para el optimismo. Antes incluso de irse de Manila, su última parada, ya estaba enviando tuits sobre la lucha por la reforma tributaria en Estados Unidos.

El Gobierno "no está cumpliendo plenamente las expectativas regionales en cuanto al liderazgo de Estados Unidos", según Scott Snyder, autor del libro South Korea at the Crossroads, que se publicará próximamente.

"La presencia del presidente en Vietnam y Filipinas en las principales reuniones regionales de la zona fue el requisito previo mínimo", dijo Snyder. "Pero a falta de una estrategia regional más específica y claramente articulada en relación con el sudeste asiático, probablemente se considerará que no está a la altura de las expectativas".

Al igual que su primer viaje al extranjero en mayo, que comenzó con 110 mil millones de dólares en ventas de armas a Arabia Saudita, Trump rara vez visitó un país sin señalar que la compra de algunos F-18 sería un gran avance para ganar su corazón.

En reiteradas ocasiones contó la historia de cómo un sistema de defensa antimisiles fabricado en Estados Unidos había interceptado un cohete que se dirigía a un aeropuerto en Arabia Saudita.

Sin embargo, regresará a su hogar en Washington sin haber obtenido un pedido nuevo importante para los contratistas de defensa estadounidenses.

Cálida bienvenida

En China, la parada más importante del viaje, Trump expresó su admiración por la visita a la Ciudad Prohibida y la actuación de ópera que le ofrecieron, y se jactó de haber conseguido que el presidente Xi Jinping declarara públicamente su deseo de una península de Corea desnuclearizada.

"Esa es una declaración muy importante", dijo Trump. "Hizo esa declaración, y muchas personas no lo hicieron, no fueron conscientes del asunto".

Pero China ha apoyado públicamente una península de Corea desnuclearizada desde al menos 2005 y Xi lo ha dicho públicamente durante años.

Los dos países sí anunciaron 253 mil millones de dólares en acuerdos empresariales, de los que forman parte gigantes industriales estadounidenses como Boeing, Honeywell y General Electric, compañías de tecnología como Qualcomm e incluso Goldman Sachs.

Pero muchos de los acuerdos son acuerdos preliminares que podrían no cumplirse, y la medida adoptada por China de abrir su mercado para permitir una mayor participación extranjera en la propiedad de compañías financieras ni siquiera mereció una mención por parte de Trump.

En Hanoi, Trump también supervisó la firma de una serie de memorandos de entendimiento entre las compañías estadounidenses de energía y aeroespaciales y las empresas estatales vietnamitas. Pero no se anunciaron montos en dólares, y miembros del personal de prensa de la Casa Blanca remitieron a sus homólogos vietnamitas para obtener más detalles sobre estos acuerdos.

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