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La victoria de Andrés Manuel López Obrador el 1 de julio rompió patrones históricos de votación. Su triunfo electoral fue transversal: prácticamente todos los sectores de la sociedad votaron por él mayoritariamente.
Si bien López Obrador se llevó la mayoría de los distritos electorales federales, su margen de victoria varía según sus características socioeconómicas. Por ejemplo, de los dos distritos que tienen más del 20 por ciento de población joven, AMLO solamente ganó uno. En cambio, en los 273 distritos que tienen entre 15 y 20 por ciento de jóvenes entre 20 y 29 años (generación conocida como Millennial), AMLO ganó 251 (92 por ciento).
Lo mismo pasa en los distritos que tienen más población vieja. Desde que fue jefe de Gobierno del Distrito Federal entre 2000 y 2005, los adultos mayores son parte de la base electoral de AMLO, gracias al apoyo económico que les dio. Este año, 245 de los 268 distritos que tienen arriba del 7 por ciento de personas de la tercera edad votaron mayoritariamente por él.
El candidato que llegó en segundo lugar, Ricardo Anaya, en muy pocos sectores logró posicionarse como un competidor serio frente a López Obrador. Por ejemplo, en aquellos distritos que tienen más población con educación superior (arriba del 60 por ciento), AMLO ganó 13 distritos, mientras que Anaya ganó en seis. Esto es poco menos del 50 por ciento de diferencia y, hablando de condiciones socioeconómicas, es la menor brecha entre ambos candidatos.
Esta misma tendencia puede observarse en los distritos con mayor desarrollo. De los 272 distritos que tienen menos del 20 por ciento de viviendas con piso de tierra, Ricardo Anaya ganó 24. Aunque esta cifra es menor, si la comparamos con los otros 28 distritos que tienen más del 20 por ciento de viviendas con piso de tierra, el candidato del Frente no ganó en uno solo. Todos estos distritos prefirieron votar por López Obrador.
El candidato ganador logró romper con el patrón tradicional de la votación económica, donde la población urbana y altamente educada apoyaba al PAN, mientras que la rural con bajos ingresos optaba por el PRI. Este año, el candidato del PRI, José Antonio Meade, no logró la victoria en un solo distrito electoral.