El pasado 14 de marzo, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) hizo pública su recomendación a la SCT para poner fin a la exclusividad de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) en la venta, almacenamiento y distribución de turbosina.
Para el regulador que preside Alejandra Palacios, tener un solo jugador en el mercado de la turbosina impide la entrada de nuevos oferentes al negocio, lo que afecta las condiciones de suministro de combustible para las aerolíneas a precios competitivos e impacta finalmente al consumidor final.
Un consolidado de resultados de Volaris, VivaAerobus, Interjet y Aeroméxico revela que en 2017 el flujo operativo (EBITDA) de las aerolíneas (incluyendo la renta de aviones) disminuyó 4.2 por ciento, lo que representó la primera caída del sector en tres años.
Esto obedeció principalmente al alza de 36 por ciento en sus costos relacionados con la turbosina. El 2016 tuvieron un avance de 11 por ciento y un año antes una caída de 19 por ciento.
Según datos de la Cofece, entre marzo de 2014 y diciembre de 2017 la turbosina se encareció 30 por ciento en México y su diferencial de precios con Estados Unidos se elevó en un 50 por ciento.
"El combustible representa para cualquier aerolínea uno de sus mayores costos. En el caso de Volaris el combustible significa alrededor de un 30 por ciento de todos sus gastos operativos. Cualquier variación en el precio de este insumo nos afecta directamente", dijo Geraldine Villasmil, gerente de relaciones públicas de Volaris, a pregunta de El Financiero.
Por aerolínea, Volaris fue la más afectada por la turbosina ya que su flujo operativo cayó 25 por ciento en 2017, seguido de VivaAerobus con una baja de 4.4 por ciento e Interjet que prácticamente se mantuvo sin cambios. Por su parte, Aeroméxico tuvo un alza de 7.8 por ciento en su EBITDAR al finalizar el año pasado.
Esta última aerolínea reportó un incremento de casi 24 por ciento en sus costos durante 2017 por un alza promedio anual de casi 24 por ciento en el precio de la turbosina.
"Nosotros estimamos que los precios del combustible tuvieron un impacto negativo en los gastos de 650 millones de pesos en el cuarto trimestre de 2017, frente al mismo periodo de 2016 y para todo el año (2017) los precios de los combustibles presionaron los costos en alrededor de 2 mil 900 millones de pesos, respecto al 2016", detalló en el reporte trimestral de la empresa Ricardo Javier Sánchez Baker, CFO de Grupo Aeroméxico.
Por esta razón, añadió Sánchez Baker, la línea aérea mantiene su política de cobertura de 50 por ciento de los combustibles, para protegerse ante mayores incrementos en el precio de la turbosina.
"Hay un tema de exclusividad (de ASA) y las compañías en cierta medida lo que hacen para aminorar esta volatilidad en los precios son los contratos de cobertura, no necesariamente al 100 por ciento (de sus compras de turbosina), pero si en una parte importante en sus operaciones", explicó Marco Medina, gerente de análisis de Ve por Más Casa de Bolsa.
En el caso de Volaris su cobertura para el precio del energético va del 45 al 60 por ciento de sus compras.
Incluso, la firma que dirige Enrique Beltranena, tiene una estrategia de renovación de flota de aviones, debido a que las nuevas unidades reducen en 18 por ciento la quema del combustible.
"Esto es fundamental en la estrategia para reducir los costos, con una flota más eficiente en el consumo de combustible", dijo el ejecutivo en una conferencia reciente con analistas del sector.