Unos días antes del anuncio de la marcha del CEO de Telefónica, César Alierta fue en avión privado a Roma para consultar el plan con el Papa, según fuentes familiarizadas con el asunto.
Alierta, de 70 años de edad, habló con el pontífice más de una vez mientras sopesaba un cambio tras más de 16 años al frente del ex monopolio telefónico español, según las fuentes, que pidieron no ser identificadas porque se trata de un asunto privado.
Aunque el director de operaciones José María Álvarez-Pallete es el candidato natural para reemplazarlo desde hace más de tres años, Alierta tomó la decisión de marcharse en las dos o tres últimas semanas, según las fuentes.
Tras la muerte de su esposa el año pasado, el empresario ha dedicado menos tiempo a la empresa, agregan los informantes.
Nacido en el seno de una familia de políticos, Alierta forjó su carrera a base de buenos contactos y supo utilizar el clima político español para obtener ventajas estratégicas en su empresa.
Su buen sentido de la oportunidad ha quedado de manifiesto al anunciar a su sucesor, justo cuando España se encuentra en un momento de impasse político, un factor que ha tenido en cuenta al decidir el momento de la sucesión, según las fuentes.
La ausencia de gobierno en España da al próximo CEO la oportunidad de operar más libremente de cualquier injerencia política, más que en cualquier otro momento en la historia de los 90 años de Telefónica.
"Alierta estaba vinculado a cierta generación de líderes empresariales", dijo Ricardo Wehrhahn, socio de Intral Strategy Execution, una consultora del sector de banca y negocios de Madrid.
"Eran ejecutivos con antecedentes y contactos políticos, y eso era muy importante. La nueva generación es más técnica".
Alierta seguirá involucrado en la compañía como miembro del consejo y como director de Telefónica Foundation, la plataforma de responsabilidad social de la empresa, según las conversaciones con el Papa, informaron las fuentes.
Alierta y el Papa Francisco, el actual líder de la Iglesia Católica, se hicieron amigos cuando el pontífice estaba en Buenos Aires, dicen los informantes; han hablado de cómo mejorar el acceso a Internet para los niños y ayudar a los jóvenes empresarios, y están estudiando colaboraciones en proyectos de educación y bienestar infantil en Latinoamérica.
Tanto representantes de Telefónica como del Papa no quisieron hacer comentarios.
Si, como está previsto, se nombra a Pallete sucesor de Alierta, éste será el primer presidente de Telefónica que no ha sido designado por el Gobierno.
Según las fuentes, Pallete, un tecnócrata que evitó escrupulosamente conflictos políticos en su ascenso en la compañía, ha sido elegido por su clara estrategia y por ser el más idóneo para conducir la compañía en un entorno centrado en la tecnología.
Una de las principales prioridades de Telefónica es la reducción del endeudamiento. El plan de salida a bolsa de Telxius, su negocio de infraestructuras, y la autorización de la Unión Europea para la venta de la división de telefonía móvil O2 en el Reino Unido mejorarán la situación, pero la compañía tiene mucho que hacer para reducir una deuda neta de 49 mil 900 millones de euros (56 mil 500 millones de dólares).
Desde que asumió el cargo de director de operaciones en 2012, Pallete, de 52 años, se ha centrado en la venta de activos y en el recorte de precios para retener clientes durante la crisis económica de España. Pallete reorganizó las operaciones e inversiones en el sector digital de la compañía y anunció recientemente que quiere cobrar a los clientes según el consumo de datos.
"El nombramiento de Pallete subraya el cambio de estrategia de la compañía a una mayor atención al sector digital", dijo Carlos Losada, profesor de la escuela de dirección de empresas Esade.
La destreza política de Alierta le permitió "trabajar con reguladores y gobiernos en un momento en que eso era necesario", dijo Losada por teléfono. "Pero con el cambio de estrategia corporativa y una mayor atención a las actividades digitales, esto ya no es tan importante y se necesitan nuevas capacidades".