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Entrada de AT&T a México abre preguntas sobre panorama del mercado

El acuerdo para que la operadora estadounidense compre Iusacell, por 2 mil 500 millones de dólares, abre más preguntas que respuestas sobre el rumbo que tomará el mercado de telefonía móvil en México.  

El gigante estadounidense AT&T entrará a la pelea por la telefonía móvil en México con la compra de Iusacell, un anuncio que si bien colocó una nueva pieza en el rompecabezas del sector, también despertó más preguntas sobre cómo terminará viéndose el mercado, actualmente dominado por el magnate Carlos Slim.

El viernes pasado, AT&T dijo que comprará a Iusacell, la tercera operadora del mercado mexicano con 8.6 millones de suscriptores, por 2 mil 500 millones de dólares que incluyen 800 millones en deuda.

Muchos esperaban la entrada a México de AT&T, que ha anunciado una expansión hacia Latinoamérica con la planeada compra de DirecTV, pero apostaban a que adquiriría los activos que América Móvil quiere vender para librarse de reglas más estrictas en el sector. 

Pero la compra de Iusacell al multimillonario Ricardo Salinas Pliego pone en duda esa posibilidad y también arroja sombras sobre las opciones en México de la española Telefónica, la segunda operadora del país, que había estudiado una alianza con Iusacell para fortalecer su posición competitiva.

COMPETIDOR DE PESO

La adquisición "le puso a América Móvil un rival de gran tamaño", dijo en un reporte de investigación Jorge Negrete, director de Mediatelecom Policy & Law.

AT&T reportó ingresos por 33 mil millones de dólares en el tercer trimestre, poco más del doble que los 16 mil 270 millones de dólares de América Móvil, que opera en 18 países de América así como en Austria y Los Balcanes.

La estadounidense dijo la semana pasada que la compra, que podría ser completada en el primer trimestre del 2015, le ofrece una oportunidad "única" para crear un operador norteamericano que abarque a más de 400 millones de usuarios y acelerar el despliegue de redes de internet móviles de alta velocidad.

La operación "puede leerse como negativa para América Móvil al ser potencialmente interpretado como fuego amigo del una vez accionista" de la firma mexicana, dijo Valder Nogueira, de Santander, en un reporte.

Pero arrancar en el mercado sólo con 8.6 millones de usuarios móviles, cuando América Móvil tiene 70.5 millones y Telefónica más de 20 millones, luce cuesta arriba y algunos consideran que la compra de activos de América Móvil podría seguir en pie.

"El acuerdo señala que AT&T podría buscar comprar la parte que América Móvil tiene que vender", dijo Benito Berber, de Nomura Securities. "Esa transacción podría ser mucho más grande (13 mil a
17 mil 500 millones de dólares)".

¿TELEFÓNICA EN PROBLEMAS?

Telefónica, por su parte, parece estarse quedando sin opciones para reforzar su posición en México. Una eventual fusión con Iusacell había sido analizada por Televisa, la operadora de medios que aún posee el 50 por ciento de la empresa, pero fue rechazada por Salinas.

Televisa ha dicho que quiere seguir estudiando opciones de móviles, pero tras lanzar la semana pasada un nuevo producto de telefonía fija ilimitada e Internet de banda ancha llamado Izzi, parece haber puesto la idea de un operador celular en el refrigerador temporalmente.

El presidente de Telefónica en México, Francisco Gil, también dijo a mediados del año que prevé concentrar la inversión de su firma en el sector de móviles pese a las eventuales oportunidades de expansión a otros negocios, como telefonía fija y TV de paga, que abrió la reforma al sector de las telecomunicaciones del 2013.

"La posición de Telefónica queda debilitada", dijo Negrete, de Mediatelecom. "El operador español no pudo superar la oferta de AT&T".

SE COMPLICA LA VENTA PARA AMÉRICA MÓVIL

Banamex dijo por su parte que la decisión de AT&T podría haber sido la segunda mejor opción para entrar al mercado ante la posibilidad de que su histórica relación con América Móvil, apenas rota en junio cuando la estadounidense vendió su participación en la firma de Slim se convirtiera en un obstáculo regulatorio.

"Dada la relación históricamente amistosa entre AMX (América Móvil) y AT&T, desconocemos si las autoridades reguladoras de México (aprobarían) un acuerdo de este tipo entre ambas operadoras, ya que podría perjudicar la competencia y el éxito del nuevo marco regulador", dijo el banco.

América Móvil tiene que desprenderse de al menos 20 millones de usuarios para reducir su participación en el mercado local a menos de 50 por ciento y perder el título de operador "preponderante" que le fue aplicado este año y que supone reglas más estrictas que favorecen a sus competidores.

Slim, en una entrevista en julio, dijo que esa venta podría buscarse en un período de seis meses o menos. Pero hasta octubre, al menos, no había presentado a las autoridades un plan de desinversión necesario para poder realizar la operación.

Y además, la entrada de AT&T podría desestimular a otros compradores eventuales ante la posibilidad de que la guerra por el mercado presione márgenes y lleve a mayores inversiones de capital, debilitando el atractivo del mercado.

"Esta combinación también podría reducir el interés de otras operadoras extranjeras que pudieran estar considerando invertir en México, disminuyendo probablemente el valor de los activos de América Móvil a la venta, considerando que el comprador no sea AT&T", dijo Banamex.

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