El año pasado fue Volkswagen. Ahora Fiat Chrysler Automobiles (FCA) fue acusada por la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) de haber manipulado los motores diésel de 104 mil vehículos, los cuales incluyen la RAM 1500, modelo que se fabrica en México.
En un comunicado de prensa, la autoridad estadounidense destacó que además de las RAM 1500, también se encontraron irregularidades en la Jeep Grand Cherokee, ambas armadas entre 2014 y 2016. Refirió que la automotriz instaló un software en los vehículos que ayudaba a evadir las pruebas de emisiones, estrategia similar a la utilizada por Volkswagen.
"No revelar que el software afecta las pruebas de emisiones en el motor de un vehículo es una grave violación de la ley. Continuamos investigando la naturaleza y el impacto de estos dispositivos. Todos los fabricantes de automóviles deben jugar con las mismas reglas", dijo Cynthia Giles, administradora adjunta de la EPA.
El Financiero encontró que 3 por ciento de la producción de la RAM 1500 que tiene Chrysler en Saltillo, Coahuila, es con motor diésel, además de que también se ensamblan otras versiones de la RAM.
Hasta ahora, Fiat Chrysler ha rechazado las acusaciones, al negar que instaló programas manipuladores en sus vehículos.
"FCA US espera con impaciencia demostrar que su estrategia de control de emisiones está correctamente justificada y no se asemeja a un 'programa manipulador'", aseguró el grupo en un comunicado.
Fuentes de Fiat Chrysler México dijeron que ninguno de los modelos con que se acusa a la empresa en Estados Unidos se comercializa en el país.
El Financiero buscó a funcionarios de la Secretaría de Econonomía para conocer las impliacciones que tendrá la fabricación de la RAM 1500 con motos diésel en México, aunque no estuvieron disponibles.
Pierde mil 741 mdd en bolsa
Tras los señalamientos de Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos, el precio de las acciones de la empresa cayó 10.2 por ciento en la Bolsa de Nueva York (Nyse), lo que representó una perdida en su market cap de mil 741 millones de dólares.
Volkswagen admitió en el 2015 que alrededor de 11 millones de autos de diésel en todo el mundo estaban equipados con los llamados dispositivos manipuladores, con algoritmos usados para trucar las pruebas de emisiones.
En Estados Unidos la ley de aire limpio exige a los fabricantes de vehículos demostrar a la EPA, a través de un proceso de certificación, que sus productos cumplen con las normas de emisión de bióxido de carbono aplicables a nivel federal para controlar la contaminación del aire.