El anuncio de que el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, no hará licitaciones haciendo uso de facturación hidráulica o 'fracking' es una "mala noticia" para el abastecimiento de gas, aseguró Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
"Es una mala noticia para el abastecimiento del gas, porque el gas natural lo importamos hoy en el 80 por ciento de lo que consumimos", aseguró en el marco de la celebración de los 25 años de competencia en México.
En ese sentido, aseguró que México tiene que empezar a producir más gas en México y con precios competitivos como lo hace Texas, en Estados Unidos, de donde proviene el 60 por ciento del consumo en el país.
"Pueden existir tecnologías que, sin dañar el medio ambiente y reciclando el agua, nos permitan cumplir nuestros compromisos de la agenda 20-30 de la ONU en cuanto a Medio Ambiente y producción sustentable de energía", agregó.
Tras su participación en la mesa Perspectivas de la política de competencia hacia el futuro, Castañón reiteró la necesidad de evaluar a nivel técnico cómo México puede producir gas, pues de lo contrario, se corre el riesgo de que haya un efecto "popote" que lleve al país a comprar gas que probablemente salió del territorio mexicano.
Por ello, insistió en que se necesitan más participantes en el mercado para que puedan brindar más opciones de gas natural a precios competitivos.
El fracking o fractura hidráulica es una técnica que permite mejorar la extracción de gas y de petróleo del subsuelo. Para ello, se inyecta a presión algún material en ese suelo, de modo que las fracturas que ya existen en las rocas del interior de la tierra aumenten y liberen el gas o el petróleo atrapado en dichas fracturas, llamado 'lutita'.
En la 'lutita', que se ubica entre mil y cinco mil metros de profundidad, se hacen perforaciones horizontales que pueden extenderse por varios kilómetros en diversas direcciones.
Según la Alianza Mexicana contra el Fracking, esta práctica puede conllevar en diversos impactos. Uno de ellos es la disminución de disponibilidad del agua ya que la fractura de un solo pozo requiere entre 9 y 29 millones de litros de agua.
El ritmo de explotación anual de 9 mil nuevos pozos en Estados Unidos que se pretende exportar a México supondría un volumen de agua equivalente al necesario para cubrir el consumo doméstico de entre 1.8 y 7.2 millones de personas en un año, según la organización.
Otro punto en contra es la contaminación de las fuentes de agua. En Estados Unidos existen más de mil casos documentados de contaminación de fuentes de agua relacionados con esta práctica según la alianza.
Además, expertos de la organización señalan que al menos 25 por ciento de las sustancias utilizadas en las distintas mezclas de perforación pueden causar cáncer y mutaciones. También indican que el 90 por ciento de las emisiones en el proceso de fracking es metano, gas que contribuye al calentamiento global.