En las costas de Camerún y Filipinas, pobladores dedican parte de su día a recolectar redes de pesca que han sido desechadas. El propósito: la fabricación de alfombras.
Las redes de nylon son acopiadas en un centro de distribución cercano a las comunidades, para después ser llevadas a una planta en donde serán transformadas en material listo para incluirse en una alfombra de la marca Interface.
El programa iniciado en 2014 busca proveer a la firma estadounidense de todo el nylon que demanda su producción, pues uno de sus objetivos es no utilizar materias primas vírgenes.
La empresa creada en 1974 por Ray Anderson, reconocido por su postura progresista respecto a la ecología industrial, se planteó en 1994 ser cien por ciento sustentable y desechar la menor cantidad de contaminantes y lo está logrando.
"Nosotros lo que estamos tratando de hacer es toda la alfombra que hemos vendido volverla a captar, entonces volverla a meter en la cadena de producción", dice en entrevista Flavio di Stefano, director de marketing de la marca en el país.
Uno de los ejemplos de sustentabilidad de la marca es una de sus seis plantas, la ubicada en Georgia, Estados Unidos, la cual produce al año los mismos contaminantes que cuatro autos en el mismo periodo, pues utiliza 96 por ciento de energías renovables para su funcionamiento.
En el país, la empresa cuenta con una planta de reciclaje en Toluca, Estado de México, en la cual se reciclan alfombras ya utilizadas para ser transformadas en la base de nuevos productos.
El siguiente objetivo de la firma originaria de Georgia es captar carbono del ambiente para transformarlo en los materiales necesarios para su producción mediante el programa "Climate Take Back".
De acuerdo con un estudio publicado en 2016 por la consultora GlobScan, Interface es la tercera empresa más sustentable, sólo detrás de Ienova y la marca de ropa Patagonia.
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