En agosto pasado Toyota dio un 'volantazo' en sus planes de manufactura para México, al desechar su idea inicial de hacer autos compactos para mejor fabricar sus camionetas pick up de la marca Tacoma.
Esta estrategia se ha generalizado en varias empresas de la industria automotriz nacional, con lo que México cambió su especialidad de manufactura.
Actualmente cinco de cada 10 vehículos que se producen en el país son camionetas pick up o SUV (vehículos utilitarios deportivos), cuando hace ocho años eran apenas tres por cada decena que se armaba.
Entre enero y agosto de 2017, en el país se fabricaron un millón 153 mil 696 camionetas, 20.8 por ciento más que lo reportado en igual periodo del año pasado, informó la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Es la primera vez en la historia del sector que se arman más de un millón de SUVs para un periodo de ocho meses, además de tratarse del incremento más alto en la industria desde hace cinco años.
El cambio en la estrategia de producción, según los especialistas, es por la creciente demanda de las camionetas en el mundo, principalmente de la originada en Estados Unidos, destino del 76 por ciento del total de unidades que se hacen en México para el extranjero.
"El proceso de cambio de demanda en Estados Unidos se comienza a ver reflejado en la producción en México. Existe mayor demanda de vehículos comerciales ligeros y camionetas en la Unión Americana a causa de los precios de la gasolina. Las armadoras realinean su capacidad productiva a estos cambios de demanda", dijo en entrevista Guido Vildozo, analista especialista del sector automotriz de la consultora IHS.
Antes del 'volantazo' de Toyota, empresas como Fiat Chrysler Automobiles (FCA), Nissan y Volkswagen tomaron una decisión similar y redujeron su armado de vehículos ligeros para hacer más pick ups o SUVs.
"Decidimos producir Jeep en México por la dinámica del extranjero, que no necesariamente va ligada con la tendencia del mercado interno", comentó a El Financiero Bruno Cattori, presidente y director general de FCA México.
Actualmente en Estados Unidos el 63.4 por ciento del total de vehículos que se venden son camionetas, mientras que hace ocho años era menos de 40 por ciento, según datos de la consultora WardsAuto.
Entre enero y agosto de 2017 en el vecino país del norte se comercializaron 7 millones 154 mil 604 camionetas, 3.5 por ciento más que lo reportado en igual periodo del año anterior, lo que contrasta con el mercado total cuyas ventas cayeron 2.8 por ciento en el mismo periodo.
Guido Vildozo comentó que aún puede aumentar la producción de camionetas en México dependiendo de lo que suceda en Estados Unidos; "sin embargo, si uno considera que la demanda de camionetas ligeras quede en un rango de 65 a 70 por ciento del mercado total de la Unión Americana, México tiene espacio para reacomodar aún más modelos".
Brais Alvarez Gallardo, analista de la práctica automotriz de la consultora J.D. Power México, dijo que también en Europa crece la demanda de estos vehículos, por lo que eventualmente habrá más empresas que se sumen a esta dinámica.
"Las marcas inteligentemente siguen la tendencia de ventas y preferencias al detalle", agregó el experto.
RENEGOCIACIÓN DEL TLCAN, UN RIESGO BAJO
La estrategia hacia la producción de un mayor porcentaje de camionetas en México implica riesgos, pues de cancelarse el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), las automotrices que exportan a Estados Unidos tendrían que pagar un arancel de 25 por ciento en apego a las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Especialistas y empresarios confían en que la renegociación del TLCAN termine en buenos términos, pero si llegara a caerse, también creen que el riesgo no sería tan alto para la industria automotriz en México.
"Aún no lo veo como algo de alto riesgo para la industria, el negocio continuará y la industria se adaptará a los nuevos retos", indicó Alvarez Gallardo.
Bruno Cattori, presidente y director general de Fiat Chrysler Automobiles, expresó su confianza en las autoridades de ambas naciones (México y Estados Unidos) de poder lograr un acuerdo que beneficie el libre comercio.
"Ante todo se tiene que ver por el libre mercado, es lo que debe regular todo, es lo que debemos ver y no se puede manipular de manera artificial, no se pueden hacer conclusiones previas", comentó el experto.