En México, la industria eléctrica - con excepción de las plantas hidroeléctricas -consume anualmente 4.1 billones de litros de agua, lo que equivale a 4.1 por ciento del recurso hídrico usado en el país. Ante esto, Rodrigo Villamizar, director de la división Américas de la firma alemana Kaiserwetter, dice que es necesario cambiar el método de generación y administración de los recursos.
En entrevista por el Octavo Foro Mundial del Agua realizado en Brasilia, Brasil, el director destacó que impulsar la generación eléctrica por vías renovables como la eólica y solar permitirán reducir el consumo del líquido que bien se requiere en otros usos.
"Hay muchas plantas de cogeneración o combustóleo que los sistemas de enfriamiento para que funcione bien se consume una gran cantidad de agua, que a su vez también genera un gasto de energía, es necesario sistemas modernos que permitan también administrar este tipo de generación", explicó.
A finales de febrero, una investigación de la cadena BBC indicó que la Ciudad de México está entre las primeras 11 ciudades del mundo que se puede quedar sin agua, por lo que el manejo responsable de la misma es necesaria.
"Nosotros ofrecemos un sistema llamado Aristóteles donde ayudamos a una mejor administración de los recursos, pero también existen otros como (el de la empresa) SAP", destacó.
Consideró que el internet de las cosas, las técnicas de gestión de activos y analítica de datos avanzadas empleadas por Google, Facebook o Amazon, así como el Smart Data servirán para gestionar de mejor forma incluso la generación eléctrica y evitar fugas de energía.
4.1 billones de litros
De agua consume anualmente una planta de generación eléctrica, estimó Kaiserwetter.
"La labor de empresas como la nuestra y SAP maximizaron la producción de plantas eólicas o solares, haciéndolas más eficientes y baratas. Dicha experiencia puede extrapolarse a la optimización y gestión de plantas hidroeléctricas", refirió.
La gestión de activos de energía renovable, según Villamizar, puede también contribuir a una agricultura más sostenible, con sistemas inteligentes de riego que permiten ahorrar agua (riego por goteo, localizado y de presión, entre otros).