Tras dos años de un proceso de reestructura financiera que la dejó con sólo 39 empleados, desde los 700 que llegó a tener en 2007, Sare espera la entrada de capital fresco para desempolvar su maquinaria y reiniciar la construcción de vivienda a partir del primer trimestre de 2015.
Hoy, la deuda de la empresa es de mil 300 millones de pesos, desde los 2 mil 800 con los que arrancó, se deshizo de activos por 2 mil millones de pesos y una vez capitalizada estará lista incluso para comprar desarrollos inconclusos de constructoras emproblemadas, previó Arturo Sánchez Carbajal, director general de Sare Holding.
"Sare capitalizado tiene que tener ventaja de comprar proyectos que la competencia no terminó", dijo Sánchez en entrevista.
El 17 de septiembre vence el derecho de tanto para el aumento de capital por mil 500 millones de pesos, el cual permite a los accionistas principales de la viviendera adquirir este papel, explicó.
Si esto no ocurre, se daría paso a entidades financieras que aportarían 570 millones de pesos en efectivo. A partir de esto, podrían saber de cuánto dinero disponen y cuál será la estrategia de producción.
Adicionalmente, Sánchez resaltó que tienen líneas de crédito activas con Banamex y HSBC por 190 y 150 millones de pesos respectivamente y han solicitado otros mil millones de pesos de un crédito sindicado a la Sociedad Hipotecaria Federal.
En paralelo, realizarán el cambio de modelo de la compañía, así como la contratación de personal y comenzarán a adquirir reserva nueva.
El proceso de reestructura redujo el tamaño de la empresa al nivel de contar con 29 obreros al cierre de 2013, cuando en 2007 llegaron a registrar hasta 4 mil.
La empresa conservó 14 desarrollos que representan cerca de 7 mil viviendas o reserva territorial para tres años. Los conjuntos se ubican en el Distrito Federal, Estado de México, Puebla, Querétaro, Guanajuato y Quintana Roo.
Estos proyectos no arrancarán de cero, sino que se trata de segundas o terceras etapas de proyectos, que cumplen con las reglas de la política de vivienda del gobierno federal, de ubicación y verticalidad, aseguró.
Aunque esta reserva es susceptible de recibir subsidio federal, con créditos del Infonavit y Fovissste, la empresa no está interesada en construir vivienda económica, sino que se enfocará en unidades de entre 300 mil a 700 mil pesos.
"La apuesta será a vivienda más alta que la económica; el Infonavit subió el tope de vivienda a 780 mil pesos, eso permite desdoblarnos a la vivienda vertical social, que conocemos bien", afirmó Sánchez.
El directivo reconoció que anteriormente habían anunciado que volverían a construir, pero los problemas de desarrolladores como Geo y Homex afectaron el ambiente de inversión.