Cuando Mario López Estrada era jefe del monopolio estatal de telecomunicaciones de Guatemala en la década de 1980, hacer una llamada telefónica en la nación centroamericana devastado por la guerra era un esfuerzo inútil.
La mayoría de las ciudades no tenían teléfonos de trabajo y las pequeñas centrales telefónicas estaban sobrecargadas en medio de una de las penetraciones más bajas en América Latina, de 1.5 líneas por cada 100 habitantes. Poner una línea fija podría tomar años, lo que incitó a las empresas a cambiar los teléfonos por radios de dos vías. Fue ahí donde López vio una oportunidad.
"Nadie creía en los teléfonos celulares en aquel entonces," dijo en una entrevista en su oficina de la ciudad de Guatemala. "Me pareció una buena oportunidad, pero no tenían ni idea de que llegaría a este nivel".
Casi tres décadas después, Guatemala ocupa el primer lugar en cobertura de redes móviles, según un informe elaborado por el Foro Económico Mundial. Hay más teléfonos móviles que personas, mientras que la participación de López en Tigo Guatemala, el servicio de telefonía móvil más grande del país con el 54 por ciento del mercado, le ha hecho un multimillonario de primera en el país.
La fortuna que López ha hecho es notable en una región donde la mayoría de la riqueza es heredada y dividida entre miembros de la familia. Guatemala tiene un ingreso per cápita anual de 5 mil 300 de dólares, aproximadamente la mitad del promedio de América Latina, según el World Factbook de la Agencia Central de inteligencia (CIA).
"En Guatemala, no hay ningún otro gran capital que se haya forjado tan rápido," dijo Juan Luis Bosch, copresidente de Corporación Multi Inversiones, al hablar de López.
López dejó su puesto de Ministro de comunicaciones en el gobierno del presidente Vinicius Cerezo cuando se otorgó una concesión por 20 años para Comunicaciones Celulares SA (Comcel), en lo que fue un primer paso en el esfuerzo del país para privatizar sus operaciones del teléfono. Comcel fue entregado como monopolio a cambio de compartir las ganancias con el gobierno.
El exfuncionario compró su primera participación en Comcel en 1993 y después aumentó su propiedad a 45 por ciento. La empresa sostuvo su posición de monopolio hasta 1999 cuando Telgua, propiedad de América móvil, y Telefónica entraron en el mercado.
"López estuvo en el lugar correcto en el momento oportuno, como Carlos Slim," dijo Fernando López, presidente de la cámara de industrias de Guatemala.
López es respaldado por una ley aprobada en abril que limita el poder de los gobiernos locales para paralizar la construcción de transmisores de datos. En un artículo de El periódico de Guatemala, las cámaras de la industria local denunciaron que el proyecto de ley favorece a Comcel sobre pequeños competidores, afirmación que López niega.
No obstante, el magnate no ve su único crecimiento en telefonía, pues planea invertir en un proyecto de energía solar y poner millones en un centro comercial en Asunción, Paraguay. También está considerando inversiones similares en Ecuador y Guatemala.
López, quien tiene una participación minoritaria en el diario Prensa Libre, también quiere empezar un banco.
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