El presidente estadounidense, Donald Trump, vinculó sus planes de aranceles sobre las importaciones de aluminio y de acero a sus esfuerzos por renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) declarando que Canadá y México sólo evitarían los aranceles si llegaran a un nuevo acuerdo con Washington.
"Tenemos grandes déficits comerciales con México y con Canadá. El TLCAN, el cual está renegociándose en este momento, ha sido un mal acuerdo para EU. Una reubicación masiva de compañías y empleos. Los aranceles al acero y al aluminio sólo se retirarán si se firma un acuerdo del TLCAN nuevo y justo", tuiteó Trump ayer.
También dijo que Canadá necesitaba "tratar a nuestros agricultores mucho mejor. Es altamente restrictivo".
Además, tuiteó que: "México debe hacer mucho más por evitar que las drogas ingresen a raudales en EU. No han hecho lo que tienen que hacer. Hay millones de personas adictas y muriendo".
"¡Para proteger a nuestro país debemos proteger el acero estadounidense! #EU PRIMERO", agregó el presidente.
El secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Luis Videgaray, respondió al ataque declarando que abordar el problema del tráfico de drogas que ha plagado la frontera entre EU y México durante décadas, era un esfuerzo conjunto.
"Sólo trabajando juntos y abordando la oferta y la demanda podemos detener el flujo ilegal de drogas, de efectivo y de armas en ambos sentidos", tuiteó el secretario Videgaray.
"México no debe ser incluido en los aranceles de acero y aluminio. Es la manera equivocada de incentivar la creación de un #TLCAN moderno", agregó más tarde Ildefonso Guajardo, secretario de Economía de México.
La intervención matutina de Trump representó otra señal de la disposición del presidente de intensificar su lucha comercial con los aliados tradicionales estadounidenses.
Durante el fin de semana, dirigió sus ataques a la Unión Europea (UE), amenazando con imponer nuevos impuestos a los fabricantes de automóviles europeos si Bruselas tomaba represalias contra sus aranceles al acero y al aluminio.
Trump repetidamente ha amenazado con retirarse del TLCAN, acuerdo que abarca un cuarto de la economía mundial.
Estados Unidos, Canadá y México comenzaron a renegociar el pacto de 24 años en agosto pasado, y tenían pautada la conclusión de la séptima ronda de negociaciones ayer con una reunión ministerial en la Ciudad de México.
Si bien los aranceles discutidos de 25 por ciento sobre el acero y de 10 por ciento sobre el aluminio están aparentemente dirigidos a China -el cual, según EU y otros países, ha inundado los mercados mundiales de metales baratos- se anticipa que serán los aliados como Canadá y México los que sentirán el principal impacto.
Canadá es la mayor fuente externa de importaciones estadounidenses de estos metales, y sus industrias de acero y de aluminio están tan integradas con las de EU que el mismo sindicato representa a los trabajadores de ambos países.
México fue el cuarto proveedor más grande de EU en 2017, representando poco menos de 10 por ciento de las importaciones estadounidenses.
La amenaza de una guerra comercial global del acero se ha cernido sobre las últimas negociaciones del TLCAN en México desde que Trump anunció la semana pasada sus planes de imponer aranceles.
Se anticipa que Trump emita una orden formal a finales de esta semana, y funcionarios de Canadá, de México y de otros países han estado luchando por obtener exenciones.
No obstante, los funcionarios de la Casa Blanca dijeron el fin de semana que el presidente no quería permitir ninguna exención.
Cuando el presidente George W. Bush impuso aranceles al acero en 2002, tanto Canadá como México fueron excluidos, lo cual ayudó a limitar el perjuicio económico.
De particular preocupación para Canadá, para México y para aliados como Alemania y Japón, es el uso de un estatuto de seguridad nacional de la era de la Guerra Fría por parte de Trump para justificar los aranceles.
México, un país que se enorgullece de ser uno de los principales aliados de seguridad nacional de EU, ha declarado que tomará represalias si a su acero se le imponen aranceles.
Una fuente mexicana cercana a las negociaciones del TLCAN dijo que "hacer uso indebido de disposiciones de seguridad nacional para proporcionar una ayuda rápida e inmediata a un sector… sería, en nuestra opinión, una violación del TLCAN" y "estaría sobrepasando los límites de lo que permite el TLCAN y la Organización Mundial del Comercio (OMC)".
México podría activar los mecanismos de resolución de disputas del TLCAN y sus propias leyes nacionales como respuesta a esto.
La fuente agregó que "si abren la puerta a las consideraciones de seguridad nacional, si comienzan a usarlas como un vehículo para brindar protección y evitar las obligaciones internacionales, tenemos un serio problema".
En el pasado, México ha utilizado represalias cuidadosamente enfocadas en disputas comerciales con EU, como en una disputa sobre el transporte por camiones en 2009 que aplicaba gravámenes sobre una gama de productos, desde maíz hasta árboles de Navidad.
"Si nos enfrentáramos a los aranceles al acero, tendríamos que operar estratégicamente para que la represalia tuviera un impacto máximo", comentó la fuente.
El resultado más dañino de los aranceles al acero, indicó, es que "el acero trasciende todos los sectores en términos de impacto en la competitividad".
"Con una administración que está realmente dispuesta a utilizar estos mecanismos para brindar protección a sus sectores, realmente necesitamos tener un TLCAN más fuerte", añadió.