China le ofrecerá a la administración Trump un mejor acceso al mercado para las inversiones en el sector financiero y las exportaciones de carne de res estadounidense para ayudar a evitar una guerra comercial, según funcionarios estadounidenses y chinos.
El presidente de EU, Donald Trump, y Xi Jinping, su homólogo chino, decidieron en su primer encuentro en Florida la semana pasada acelerar las negociaciones comerciales para producir resultados dentro de 100 días. Las dos concesiones en materia de finanzas y carne de res son relativamente fáciles para Beijing.
En la actualidad, los inversionistas extranjeros no pueden mantener una participación mayoritaria en los valores y las compañías de seguros en China. Las mayores compañías del país en estos sectores, como Citic Securities y China Life Insurance, han alcanzado enormes proporciones en los 15 años desde que la segunda mayor economía del mundo entró en la Organización Mundial del Comercio, haciéndolas competidores formidables para los nuevos participantes en el mercado.
La concesión para permitir la propiedad mayoritaria extranjera se discutió durante la administración de Barack Obama, cuando los negociadores estadounidenses y chinos celebraron varias rondas de conversaciones acerca de un tratado bilateral de inversiones, o TBI.
Trump aún no ha dicho si pretende buscar el tratado, el cual los negociadores estadounidenses esperaban abordaría los problemas de acceso al mercado chino en una amplia gama de industrias.
"China estaba dispuesta a elevar los límites de inversión en el TBI, pero esas negociaciones quedaron en suspenso tras la victoria electoral de Trump", dijo un funcionario chino que participó en las conversaciones.
"Si Obama hubiera permanecido en el cargo durante otros seis meses, habríamos llegado a ese punto".
China también está dispuesta a terminar una prohibición sobre las importaciones de carne de res estadounidense que ha estado en vigor desde 2003, dijeron los funcionarios, y a comprar más granos y otros productos agrícolas, ya que pretende reducir las tensiones derivadas del superávit comercial anual de bienes de 347 mil millones de dólares que mantiene con su principal socio comercial.
Las amenazas durante la campaña de Trump el año pasado de imponer aranceles a los productos chinos y declarar a Beijing un manipulador de la moneda han suscitado temores de una destructiva guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo. Pero desde que asumió el cargo, Trump y los funcionarios de su gabinete han indicado que planean adoptar un enfoque más pragmático.
Si se finaliza, el discutido acuerdo sería bien recibido por las compañías estadounidenses de servicios financieros, que se han sentido cada vez más frustradas en los últimos años acerca de lo que, según ellas, son crecientes obstáculos para hacer negocios en el país. Los exportadores de carne de res también se han quejado de la persistente prohibición china sobre las importaciones estadounidenses, la cual fue puesta en vigor después del susto de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) en el ganado estadounidense.
Aunque un amplio tratado sino-estadounidense de inversiones sigue siendo una perspectiva lejana, ambas partes esperan alcanzar un número más pequeño de acuerdos comerciales en los próximos tres meses.
El sábado, Trump escribió en un mensaje de Twitter que la visita de dos días de Xi a su complejo en Mar-a-Lago había sido "enorme", antes de añadir una advertencia: "Pero sólo el tiempo dirá sobre el comercio".
Los funcionarios estadounidenses están presionando a sus homólogos chinos para que disminuyan sus actuales aranceles del 25 por ciento sobre las importaciones de automóviles. A cambio, Beijing quisiera una mayor protección para las inversiones chinas en EU, las cuales se triplicaron el año pasado hasta más de45 mil millones y también que Washington relajara las restricciones sobre la venta de ciertos productos de alta tecnología a China.
El gobierno chino puede simplemente comprometerse a comprar más importaciones estadounidenses de la misma manera que lo hizo Japón en los años ochenta.
Chad Brown, un experto en comercio en el Peterson Institute for International Economics, dijo que tal enfoque transaccional podría ayudar a reducir el déficit de la balanza comercial de EU a corto plazo y resultar atractivo a los instintos de Trump como negociante.
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Financial Times