A las personas que se preparan para sacarle el mayor provecho a una escalada de precios de los valores tecnológicos más "populares" les gusta tener a la mano una narrativa más amplia para justificar sus inversiones.
Relacionar el ascenso de una empresa a un movimiento más amplio para el cambio, por ejemplo, le da un sentido de inevitabilidad a la progresión ascendente de una acción. También sirve para vincular implícitamente a la empresa con otras empresas que ya han alcanzado el éxito.
El último relato que se utilizará para este propósito, probablemente se llamaría algo así como 'El surgimiento de los asesinos de las categorías digitales'.
Este relato se basa en el argumento de que los nuevos mercados digitales están jugando un papel central en una gama mucho más amplia de industrias. En áreas desde el cuidado de la salud y las finanzas hasta la industria de los taxis, los advenedizos digitales están tratando de situarse en el centro de la acción. Sólo hay que seleccionar a los ganadores a tiempo, dice la historia, y el cielo es el límite.
La última empresa en beneficiarse de esta perspectiva es Lending Club, la plataforma en línea de préstamos para el consumidor que cotizó en Bolsa la semana pasada. Tras sus inicios como una plataforma pura de financiamiento "peer-to-peer" – un lugar donde las personas piden prestado y se prestan entre sí – se ha convertido en un mercado donde los grandes inversores institucionales pueden canalizar dinero a individuos solventes a tasas de interés atractivas.
El miércoles, una semana después de su oferta pública inicial, la valoración bursátil de la compañía estaba cerca de los 10 mil millones de dólares, en comparación con los 4 mil millones de dólares que los expertos sugirieron al establecer un precio provisional de sus acciones hace menos de tres semanas.
La dificultad que los inversores han tenido en encontrar el nivel de valoración "correcto" para Lending Club refleja el problema más amplio de la evaluación del potencial de nuevos mercados digitales. Si la dinámica del "ganador se lo lleva todo" se afianza, y las nuevas plataformas absorben una porción desproporcionada de la actividad, podrían pasar a ser mucho más valiosas que las instituciones del "mundo real" a las que sustituyen.
Uber, la aplicación de taxis, se ha convertido en el modelo con el que las nuevas empresas en muchas otras industrias les gusta compararse, por razones muy obvias – su valoración en el mercado privado recientemente saltó de 17 mil millones a 40 mil millones de dólares en sólo seis meses en sus rondas de inversión.
Ésta no es una repetición directa de la manía del puntocom que se vio en la última burbuja tecnológica. Empresas como Lending Club y Uber tienen modelos comprobados de negocios con buenos márgenes de ganancias, han demostrado que pueden "escalarse" rápidamente para satisfacer la demanda, y han creado equipos de gestión eficaces. Los principales retos que enfrentan no son si sus servicios van a ser aceptados ni si podrán ganar dinero con ellos. En cambio, el desafío que enfrentan ahora es principalmente cuán rápidamente pueden crecer y cuán grandes pueden llegar a ser.
La narrativa del "asesino de las categorías digitales" se basa en el argumento de que la actividad en línea gravitará hacia las plataformas centrales. Los mercados tienen una ventaja si pueden proporcionar más liquidez que sus rivales y actuar como un lugar más eficiente para el descubrimiento de precios – es decir, los compradores y los vendedores acuden allí porque creen que tienen la mejor oportunidad de conseguir la mejor oferta.
A medida que la competencia entre las plataformas digitales se intensifica, no está claro cuán duraderas serán las ventajas que ofrecen esos factores. Por ejemplo, el beneficio potencial masivo de las aplicaciones de taxis está en animar a que los rivales de Uber "compren" liquidez – subsidiando a los conductores o pasajeros con el fin de atraerlos a sus propias plataformas. Si esto es más que algo temporal, podría erosionar los márgenes de Uber.
La revelación de los precios no confiere una ventaja obvia duradera. La política de "repunte de los precios" de Uber es una forma efectiva de equiparar la oferta con la demanda cuando existe una escasez de conductores (incluso si a veces se ha convertido en un problema de publicidad para la empresa, como por ejemplo, durante la reciente crisis de los rehenes en Sydney). Pero los conductores y los pasajeros pueden trabajar con varias aplicaciones diferentes, lo que significa que las indicaciones de precios pueden extenderse fácilmente de un mercado a otro.
Sin embargo, cuando se trata de la lealtad de los consumidores a los servicios en línea, la familiaridad juega un gran papel. Una marca fuerte y fácil de utilizar es muy importante. A menos que nuevas empresas presenten algo notablemente diferente, los usuarios tienden a quedarse con los servicios que mejor conocen.
Para empresas como Lending Club, la ventaja de ser el primero es importante. El reto para sus inversores será decidir si esa ventaja será duradera.
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