Aunque las condiciones de hoy tal vez sean menos catastróficas, los gerentes de General Motors en São Caetano – el Detroit brasileño – se enfrentan de nuevo a una gran desaceleración de la mayor industria en la economía más grande de América Latina.
Las ventas de automóviles en Brasil se redujeron el año pasado por primera vez en una década y se espera que caigan fuertemente este año, dejando a uno de los mercados de crecimiento más dinámicos del mundo buscando cómo recortar costos y reducir la sobrecapacidad, incluyendo despidos temporales que podrían ser permanentes si las cosas no mejoran el año entrante.
"Vemos a los despidos temporales como una oportunidad de proteger a los empleados dentro de un entorno volátil", dice Santiago Chamorro, presidente de GM de Brasil en una entrevista en São Caetano.
En la primer mitad de este año, la industria automotriz brasileña, dominada por Fiat Chrysler, Volkswagen, GM y Ford, sufrió dos retrocesos, según los datos de la Organización Internacional de Constructores de Automóviles.
Después de pasar a Alemania como el país con más ventas de vehículos en 2010, Brasil cayó al quinto puesto de nuevo en la primera mitad de 2014, con una venta total de 1.66 millones de unidades, abajo 7.6 por ciento anualizado.
La producción de vehículos en Brasil, mientras tanto, cayó 16.8 por ciento en la primera mitad del año a un total de 1.57 millones de unidades, permitiendo que su rival México se llevara la corona como el mayor fabricante de América Latina con 1.67 millones de unidades.
La caída de las ventas automotrices en Brasil, que en 2013 bajó a 3.77 millones habiendo estado en 3.8 millones en 2012, llega cuando la economía ha sufrido una recesión técnica en la primera mitad del año y ha perdido vuelo una larga bonanza crediticia.
"Los dos asuntos clave son, primero la economía y segundo, el acceso al crédito", dijo Jon Sederstrom, gerente para Brasil de la firma de investigación JD Power en São Paulo.
GM ya instituyó despidos temporales en dos plantas que suman mil 750 trabajadores. Bajo este esquema, los programas del gobierno ayudan a pagar los salarios del trabajador por un máximo de cinco meses.
GM, Volkswagen y otros fabricantes a través de su asociación industrial, ANFAVEA, están tratando de incrementar el máximo periodo de despidos a lo que dicen es el estándar europeo de dos años.
"Están tratando de evitar despidos permanentes pues quieren mantener obreros de calidad", dice Stephen Keese, un socio en Roland Berger Strategy Consultants. "Pero no tendrán más remedio que iniciar despidos reales – es decir despedir gente – el año entrante, si el programa de apoyo del gobierno no cambia".
Él estima que la industria, que se ha estado preparando para una capacidad de más de 4 millones de unidades cada año, ha despedido temporalmente a 10 mil trabajadores, más del 10 por ciento de la fuerza de trabajo de los principales fabricantes. Si no hay cambios en la ley, entre una tercera parte y una mitad de estos despidos serian permanentes.
La situación podría ser peor en el mercado de proveedores de autopartes.
Aparte de despidos, otra iniciativa para revivir el mercado es una ley que permite que las financiadoras de automóviles y los bancos recuperen con mayor rapidez los automóviles de aquellos consumidores en mora. Esto ayudaría a bajar el costo del financiamiento automotriz, que se utiliza en el 65 por ciento de las ventas.
A pesar de estos cambios legales, pocos esperan mucha ayuda de parte del gobierno, cuyas finanzas se ven difíciles. Ya ha proporcionado desgravaciones fiscales adicionales sobre ventas de automóviles que deben expirar este año.
"Hay algunas cosas que el gobierno está tratando de apoyar, pero las expectativas generales son que 2015 permanecerá débil", dice Keese.
Él estima que los grandes fabricantes automotrices perderían 2 mil millones de euros (2 mil 456 millones de dólares) este año en Brasil y Argentina. Ford, solamente, estaba proyectando una pérdida de mil millones de dólares en América del Sur en 2014.
Esta ralentización viene justo cuando los nuevos fabricantes, como Chevy de China, está abriendo plantas en Brasil. Roland Berger estimó que en abril hubieron anuncios de inversión de 80 mil millones de dólares para el mercado automotriz, que incluían el desarrollo de productos.
La mayoría de los nuevos participantes están produciendo localmente para evitar los fuertes impuestos del gobierno en componentes importados – reglamentos que han sido motivo de protesta por la Unión Europea en la Organización Mundial del Comercio.
"Este programa debería de ser introducido más suavemente, con más tiempo", dijo el
vicepresidente de Chevy en Brasil, Luis Curi, en el "auto show" de São Paulo este mes.
Irónicamente, sin embargo, la caída de la divisa brasileña, el real, está provocando una localización voluntaria, dice Chamorro.
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