Los fiscales franceses declararon que 150 "hooligans" o hinchas rusos "bien entrenados" protagonizaron encuentros violentos en el partido del sábado contra Inglaterra en Marsella. Éste fue sólo uno de varios incidentes que empañaron los primeros días del campeonato Euro 2016.
Los rusos instigaron la violencia, afirmó el fiscal Brice Robin, arremetiendo la sección de los ingleses en el estadio, atacando a los aficionados y llevándose banderas como trofeos después del silbatazo final. "Estas personas estaban bien preparadas para ocasionar disturbios de forma rápida y violenta. Son individuos extremadamente bien entrenados", anunció el Sr. Robin en una conferencia de prensa.
Cerca de 35 aficionados — en su mayoría ingleses —resultaron lesionados en enfrentamientos dentro y fuera del estadio. Cuatro de ellos se encuentran en condición grave, incluyendo un fanático inglés con una lesión cerebral debido a la golpiza con barras de hierro que recibió en manos de los rusos.
Debido a los ataques terroristas en Paris y Bruselas, las autoridades francesas están en un estado de alerta de máxima seguridad. Pero lo que ha causado más alarma ha sido el comportamiento de los algunos fanáticos. Hay muchos temores con respecto a la posibilidad de que se generen aún más encuentros violentos, ya que Rusia competirá el miércoles en Lille, que queda a sólo 40 km del estadio en Lens dónde Inglaterra se enfrentará a Gales el día siguiente.
La violencia también devela nuevas preocupaciones sobre la Copa Mundial 2018, que se llevará a cabo en Rusia. Los críticos afirman que Moscú no está haciendo lo que debe para abordar el problema del vandalismo, un alegato que ha sido reforzado por la respuesta de las autoridades ante estos últimos enfrentamientos.
En el partido del sábado, mientras que los hinchas rusos forzaban a los fanáticos ingleses a saltar las cercas para escapar del ataque, el ministro de deportes Vitaly Mutko — quien seguía emocionado sobre el gol en el último minuto de Vasily Berezutsky que empató el partido — se acercó a aplaudirles. De entrada, Mutko negó el incidente, entonces lo condenó cuando la UEFA amenazó con descalificar a Rusia del torneo.
Igor Lebedev, un diputado y miembro del comité ejecutivo de la Federación Rusa del Fútbol, tuiteó: "No creo que estos encuentros sean un problema. Al contrario: ¡bien hecho jóvenes. No flaqueen!".
Lebedev, cuyo padre es Vladimir Zhirinovsky, el político ultranacionalista, añadió lo siguiente en una entrevista televisiva: "Yo no creo que nuestros aficionados han realizado acciones que estén fuera de la norma, y ustedes tienen que entender que, casi siempre, los fanáticos del fútbol vienen a los partidos para pelearse y eso es normal".
Los medios rusos culparon a los fanáticos ingleses. Los aficionados del equipo inglés ya habían estado involucrados en enfrentamientos con la policía en Marsella, quienes usaron gases lacrimógenos para restablecer el control de la situación. El lunes dos aficionados ingleses fueron condenados a prisión por el papel que desempeñaron en los disturbios en Marsella. Éstas son las primeras sanciones penales del torneo.
"Doscientos cincuenta aficionados rusos repelaron un ataque realizado por miles de ingleses y los obligaron a huir", anunció la televisión estatal con respecto a la violencia en el estadio. "Los fanáticos ingleses iniciaron el incidente al atacar a nuestros aficionados, pero 250 ciudadanos rusos provenientes de diferentes regiones de nuestra nación no se echaron para atrás y repelaron el ataque de los ingleses borrachos".
Los orígenes del vandalismo en el fútbol ruso se remontan a un incidente en 1987, en el que 300 fanáticos del equipo Spartak de Moscú se pelearon con un grupo de aficionados del Dinamo de Kiev.
En ese momento, los "hooligans" ingleses eran conocidos a través de Europa por sus desenfrenados ataques realizados en estado de embriaguez, lo cual creó una reputación para el equipo que pudo haberlo convertido en un blanco para los rusos.
Sebastien Louis — a historiador que se especializa en el estudio del vandalismo en el fútbol — quien asistió al partido del sábado, escribió en el periódico Le Monde: "Hay una nueva generación de hooligans… en Rusia y Polonia, que quieren 'competir' con los hooligans ingleses.
¿Cuál es la mejor manera de lograrlo? Presentarse en un torneo internacional y atacar a los 'maestros' en el campo, los ingleses".
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Financial Times