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FINANCIAL TIMES: Los ‘indispensables’ estadounidenses se echan para atrás como policías


 
 

 
  
 
Por Gideon Rachman
 
 
El tema oficial para el Foro Económico Mundial de este año es previsiblemente soso –"Reorganizando el mundo". Pero el lema no oficial será "Estados Unidos está de vuelta". Las predicciones de que la economía de Estados Unidos crecerá un 3 por ciento este año –añadidas a las preocupaciones sobre los mercados emergentes– significan que es probable que Davos sea optimista sobre Estados Unidos por primera vez en años.
 

Sin embargo, un resurgimiento de la economía de Estados Unidos no debe confundirse con un resurgimiento del papel de ese país como la "única superpotencia". Por el contrario, el tema emergente más importante en la política mundial es la lenta retirada de Estados Unidos de su papel de policía global.
 

Algunos de los socios más cercanos de Estados Unidos ahora hablan abiertamente de una disminución en su presencia global. Laurent Fabius, el ministro francés de asuntos exteriores, recientemente pronunció un discurso en el que dijo: "Estados Unidos da la impresión de no querer involucrarse más en las crisis." Como resultado, dijo, los aliados de aquella nación están "incluyendo cada vez más en su cálculos... la posibilidad de que se les dejará a su suerte ante la presencia de una crisis."
 

Incluso Israel se está ajustando. Su ministro de relaciones exteriores, Avigdor Lieberman, recientemente comentó: "Las relaciones entre Israel y Estados Unidos se están debilitando... Los estadounidenses de hoy están lidiando con demasiados problemas." El análisis de Israel es compartido por otro aliado clave de Estados Unidos en el Medio Oriente, Arabia Saudita, que está furioso con lo que considera la retirada.
 
La profunda renuencia de la administración de Barack Obama a involucrarse militarmente en el conflicto sirio ha alimentado las acusaciones de que Estados Unidos está retrocediendo en el Medio Oriente. Pero los responsables políticos europeos también están preocupados. Les preocupa que el famoso "giro" de Estados Unidos hacia Asia significará menos atención a la OTAN y a sus socios europeos.
 
Mientras tanto, los aliados asiáticos de Estados Unidos no parecen estar más satisfechos. Japón cree que ellos no fueron lo suficientemente firmes como para responder a la declaración de China de una "zona de identificación de defensa aérea" en el Mar de China Oriental, mientras que Filipinas considera que fue dejado en la estacada cuando China estableció el control efectivo sobre el disputado banco de arena de Scarborough.
 

El escepticismo acerca de enredarse en el extranjero, ahora también afecta a las élites que diseñan políticas en Estados Unidos.
 
Funcionarios de la administración de Obama se quejan de que toda esta charla de la desconexión es tremendamente exagerada. Señalan que Estados Unidos está tomando la delantera en las negociaciones de paz en Siria, así como en las conversaciones nucleares de Irán y la saga entre israelíes y palestinos. Estados Unidos sigue siendo el principal garante de los acuerdos de seguridad de Europa, Asia-Pacífico y Oriente Medio.
 

Y, sin embargo, Estados Unidos bajo la administración del presidente Obama ha sido más reacio a usar su poderío militar. Cuando el Congreso debatió sobre atacar con misiles a Siria, Washington rápidamente se dio cuenta que la opinión nacional estaba fuertemente en contra. La difusión de un nuevo estado de ánimo semi-aislacionista se confirmó la semana pasada, según un sondeo del Centro de Investigación Pew. Alrededor de 52 por ciento de los estadounidenses reafirmaron que "Estados Unidos debería dejar de inmiscuirse a nivel internacional y dejar que otros países libren de la mejor manera que puedan, por su cuenta"; y sólo 38 por ciento no estuvo de acuerdo. Como Bruce Stokes de Pew señala, esto es "el equilibrio más desequilibrado a favor de que Estados Unidos se ocupe de sus propios asuntos sin inmiscuirse internacionalmente" en los casi 50 años que los encuestadores han hecho esta pregunta.
 

Stokes llama a esto "una falta de apoyo sin precedentes hacia el compromiso estadounidense con el resto del mundo." Lo que es más, este escepticismo sobre la intervención en el exterior, ahora afecta hasta la formulación de políticas por las élites en Estados Unidos. Cuando Pew encuestó a los miembros del Consejo de Relaciones Exteriores, un centro de estudios independientes de élite, se encontraron que sus puntos de vista están más o menos en línea con los del público en general.
 
No es difícil identificar las causas del giro hacia adentro de Estados Unidos. La crisis económica convenció a Obama de concentrarse en la "construcción de la nación domésticamente." Mientras tanto, el trauma de las guerras de Irak y Afganistán ha llevado a una comprensible falta de inclinación a meter la mano de Estados Unidos en el revoltijo del Oriente Medio. Y también hay razones más positivas para el neoaislacionismo de Estados Unidos. La revolución de gas de esquisto ha planteado la posibilidad de que Estados Unidos tenga "independencia energética". En 2015 Estados Unidos volverá a ser el mayor productor de petróleo del mundo. Los giros en el mercado energético mundial aún podrían afectar profundamente la economía de Estados Unidos. Pero la seguridad energética ya no es un argumento convincente para el compromiso global.
 
Es posible que el estado de ánimo aislacionista de Estados Unidos sea simplemente una fase. Un resurgimiento económico en Estados Unidos puede crear un estado de ánimo con más miras hacia el exterior. Pero también es posible que, esta vez, el cambio hacia la no-intervención sea estructural y no cíclico, reflejando un EU que está ajustándose a la aparición de otras grandes potencias, en particular China.
 
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