México está mejorando las condiciones impositivas para que sean más atractivas para los grupos de energía que esperan desarrollar los recursos de gas y petróleo del país, debido al miedo del gobierno de que la caída de los precios del crudo pudiera tentar a las compañías a hacer ofertas bajas.
El país está manejando su primera licitación competitiva bajo la cual los grupos de energía harán sus ofertas para contratos de exploración y desarrollo de los hidrocarburos de México – en una movida que terminaría con el monopolio de 77 años de Pemex, la compañía paraestatal de gas y petróleo.
Los contratos serán otorgados a partir de julio y entre las 19 compañías calificadas para hacer una oferta hasta ahora están BHP Billiton, Chevron, Royal Dutch Shell y Total.
El gobierno mexicano quiere que la liberalización de la energía regrese al país al camino de una producción de petróleo en aumento después de que Pemex cayó a su producción más baja en dos décadas en el cuarto trimestre de 2014.
Pero después de comparar varios modelos económicos, la Secretaria de Hacienda concluyó que las condiciones impositivas – delineadas por primera vez en diciembre – eran demasiado duras dada la caída de casi un 50 por ciento en los precios del petróleo desde el verano pasado.
Como resultado la Secretaría de Hacienda ha modificado el llamado mecanismo de ajuste que echa a andar si los precios del petróleo suben más que la expectativa del mercado o si los descubrimientos resultan ser enormes.
Este mecanismo está diseñado para asegurar que el ingreso para el estado aumente progresivamente en esas circunstancias, a la vez que sigue generando lo que Miguel Messmacher, subsecretario de ingresos en México, considera un margen de utilidad aceptable antes de impuestos del 15 al 20 por ciento para los grupos que se enfrentan a los costos de exploración y desarrollo.
Para endulzar las condiciones impositivas en medio de la volatilidad del mercado y los precios deprimidos del petróleo, el margen de utilidad antes de impuestos que los grupos pueden obtener antes de que el mecanismo de ajuste se dispare ha sido incrementado al 20 por ciento. Anteriormente era del 15 por ciento.
El cambio afecta todos los contratos que se han licitado hasta ahora – 14 bloques de exploración en aguas poco profundas y nueve campos en aguas poco profundas listos para desarrollo, todos en el Golfo de México.
Los grupos de energía deben presentar sus ofertas para los 14 bloques de exploración a más tardar el 15 de julio y los contratos se adjudicarán el mismo día. Las ofertas para los nueve campos de desarrollo deben hacerse antes del 30 de septiembre.
Los contratos se adjudicarán por el gobierno sobre la base de cuánta producción las compañías planean compartir con el estado y el tamaño de la inversión que proponen.
México quiere incrementar la producción de petróleo por 500,000 barriles diarios para 2018. Parece mucho – Pemex produjo 2.36 millones bpd en el cuarto trimestre – y el gobierno ha admitido que algunas de las áreas de esquisto que había previsto poner en licitación ya no son económicas debido a los precios actuales.
Pero Juan Carlos Zepeda, director de la comisión nacional de hidrocarburos en México, que está supervisando las ofertas para los contratos, está optimista. Estima que los campos de petróleo extra pesado que se van a licitar, o para los que Pemex busca socios, podrían producir unos 142,000 bpd. Eso se sumaría a los 124,000 bpd estimados de los nueve campos en el Golfo de México que se licitaron en febrero.
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