"Tienen que actuar rápidamente, hay mucha gente aquí esperando sin las condiciones de vida adecuadas", dijo Lionel Hernández, de 28 años, amontonado con otros migrantes cubanos en el portal de la estación migratoria de Tapachula en el sur de México para guarecerse de la torrencial lluvia.
Una joven mujer de la Habana miraba abatida un montón de papeles mojados. Había escrito los nombres de cientos de sus compatriotas cubanos reunidos afuera de la estación de Tapachula para ayudar a las autoridades migratorias mexicanas a procesar sus solicitudes de visas de tránsito. "Hay más de 170 cubanos aquí ahora, pero siguen llegando más", dijo suspirando. "Es imposible contarlos a todos".
Mientras el presidente cubano Raúl Castro se reunía con el presidente mexicano Enrique Peña Nieto el viernes para fortalecer los lazos comerciales y aliviar tensiones previas, un nuevo problema político estaba surgiendo en el sur por la enorme afluencia de cubanos que atraviesan las fronteras de México.
Casi 6,500 cubanos llegaron a México en camino hacia EU en los primeros nueve meses del año, más de cinco veces la cantidad del año anterior, según estadísticas oficiales. Y los números han seguido aumentando. El Instituto Nacional de Migración de México (INM) dijo que hasta el momento este año se han procesado más de 8,000 cubanos en México. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, CNDH, apuntó que más de mil cubanos se presentaron en la estación migratoria de Tapachula en el período de una semana en octubre, agobiando la capacidad de los oficiales de migración para atenderlos.
Muchos cubanos han pasado días durmiendo en malas condiciones afuera de la estación de Tapachula en espera de ser procesados. Los grupos locales de derechos humanos han comenzado a abrirles sus puertas a los cubanos en medio de la creciente crisis humanitaria.
Los cubanos responden a rumores en la isla de que EU pronto les retirará el derecho a obtener asilo automático al llegar a suelo estadounidense. La Ley de Ajuste Cubano de 1966 considera a los cubanos que abandonan la isla refugiados políticos. La ley es producto de la Guerra Fría que contrasta con el reciente restablecimiento de los lazos diplomáticos en la Habana y Washington. La ley ya ha sido enmendada previamente, cuando EU puso en práctica la política de "pies secos, pies mojados" en 1995, que permite repatriar a los migrantes cubanos detenidos en el mar.
Mientras tanto, los cubanos se mantienen escépticos de que el levantamiento gradual de las restricciones económicas mejorará sus vidas. La libertad política y la oportunidad económica, según dicen, aún faltan en la isla.
"La apertura comercial es buena, pero no es suficiente para cambiar la cultura en Cuba", dijo López, de 50 años, quien había llegado a la oficina migratoria de Tapachula con su esposa y dos hijos mayores después de un penoso y arduo viaje a través de América del Sur y América Central.
López, quien pidió se le identificara solamente con un seudónimo, había ganado el equivalente a 25 dólares al mes trabajando para el gobierno en la Habana. Temiendo que la ley estadounidense cambiara, en septiembre él y su familia hicieron planes para reunirse con sus familiares en Dakota del Norte, vendieron el automóvil y reunieron todos sus ahorros para costearse el viaje, el cual costó 2,500 dólares por persona. Como muchos cubanos, López espera encontrar un trabajo mejor pagado en EEUU. "EU es una democracia diferente, una oportunidad diferente", dijo.
Aunque las barreras comerciales en Cuba se van socavando lentamente, EU aún no ha levantado el embargo económico de 53 años que mantiene contra el país comunista, y la reforma política tomará tiempo. Además, pocas personas esperan que Cuba se convierta en una economía de mercado sin atravesar alguna turbulencia económica.
"Los cubanos entienden que hay muchas probabilidades de que las cosas empeoren antes de que mejoren", dijo Duncan Wood del Centro Woodrow Wilson en Washington.
El levantamiento de las restricciones de viaje en Cuba en el año 2013 ha facilitado este proceso, pues muchos países cercanos les dan a los cubanos visas de tránsito. Además, un creciente número de cubanos escogen el tortuoso viaje a través de ocho fronteras porque es menos peligroso y más barato que navegar directamente hasta Miami. Cubanos en México le dijeron al Financial Times que el viaje por tierra cuesta la mitad que el peligroso viaje por mar por el Estrecho de la Florida, el cual llega a costar 10,000 dólares.
Los oficiales mexicanos de migración advierten que los números que llegan a través de las fronteras siguen aumentando.
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