Los planes liderados por EU para sellar un histórico acuerdo con países de la cuenca del Pacífico a finales de este año sufrieron un duro golpe el viernes, puesto que los ministros de comercio de los 12 países participantes no lograron resolver las controversias en temas clave, lo que podría complicar más la política de un ya controvertido proyecto.
La reunión esta semana en Hawái de los ministros de EU, Japón y las otras 10 economías que participan en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) había sido anunciada como una ronda final de negociaciones para lo que sería el acuerdo comercial más importante logrado en cualquier parte del mundo en dos décadas.
Pero los esfuerzos para sellar el TPP que cubriría el 40 por ciento de la economía mundial, se vieron demorados por desacuerdos sobre cuánto acceso a los mercados darles a productos sensibles, incluyendo productos lácteos y el azúcar, y una disputa por las normas de propiedad intelectual de las nuevas generaciones de fármacos.
Los ministros insistieron el viernes que se habían logrado progresos significativos y estaban más cerca que nunca de cerrar el TPP, el cual ya ha sido objeto de más de cinco años de intensas negociaciones. Personas familiarizadas con las negociaciones insistieron en que se habían realizado avances significativos esta semana sobre temas que van desde las denominaciones geográficas de productos hasta los esbozos de un nuevo régimen de protección de la inversión diseñado para abordar las preocupaciones de los críticos y un capítulo sobre el medio ambiente que dificultaría el comercio de especies en peligro de extinción.
Sin embargo, aún no está clara la fecha de la próxima reunión. Algunos informes apuntaban a que no se celebrará una reunión hasta finales de noviembre, en parte porque hay elecciones programadas en Canadá en octubre y debido a que la reticencia de Ottawa a eliminar las barreras comerciales que protegen su políticamente sensible industria láctea representa uno de los principales puntos de fricción.
Semejante contratiempo también complicará la política estadounidense en torno al TPP, por lo que es cada vez más probable que cualquier debate en el Congreso para ratificar un acuerdo ahora se celebrará durante el año de la elección presidencial de 2016. La mayoría de los candidatos republicanos – excepto Donald Trump – apoya los esfuerzos del presidente Barack Obama para sellar el TPP. Pero enfrenta una significativa oposición desde dentro de su propio partido y Hillary Clinton, la favorita demócrata, esta semana nuevamente intentó distanciarse del acuerdo, argumentando que no fue su responsabilidad lograr el acuerdo cuando ejerció como secretaria de Estado durante el primer mandato de Obama.
El gobierno de Obama, el cual ganó una amarga batalla para obtener los poderes "vía rápida" que necesitaba por parte del Congreso a comienzos del verano, tenía esperanzas de concluir las negociaciones esta semana con el propósito de llevar un acuerdo al Congreso antes de fin de año. Pero incluso antes de la reunión de esta semana, funcionarios de la administración admitieron que ese objetivo ya era muy ambicioso y dependía de que todo funcionara impecablemente.
Los grupos empresariales buscaron dar un giro positivo a las negociaciones de esta semana, señalando los progresos realizados. La Cámara de Comercio de EU dijo que creía que el TPP seguía siendo un "valioso objetivo".
Pero los grupos ambientalistas y otros críticos insistieron que el fracaso en cerrar el acuerdo era una señal de que estaba fracasando y que se veía cada vez más vulnerable.
"Esta reunión ministerial era considerada el momento de la verdad para darle impulso al proceso del TPP, por lo que esta crisis en Maui en parte refleja cuán polémico es el TPP en muchas de las naciones involucradas", dijo Lori Wallach, veterana activista y crítica del acuerdo, quien pertenece a la organización Public Citizen de Ralph Nader.
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