La administración Trump está presionando a Japón para que inicie negociaciones comerciales bilaterales o de lo contrario enfrentará aranceles potencialmente catastróficos para sus exportaciones de automóviles a EU, lo cual coloca a Tokio en una posición incómoda conforme busca manejar sus relaciones comerciales con Washington.
Aunque los funcionarios estadounidenses se han visto afectados por la escalada de la guerra comercial con China y las negociaciones de alto riesgo con Canadá sobre el futuro del TLCAN, las conversaciones comerciales con Japón están avanzando en la agenda.
El domingo por la noche, Donald Trump celebró una cena de trabajo con Shinzo Abe, el primer ministro japonés. Robert Lighthizer, el representante comercial de EU, tenía previsto reunirse con su homólogo Toshimitsu Motegi el lunes, pero la reunión se pospuso hasta el martes.
"Parece que Lighthizer estaba demasiado ocupado y pidió que cambiáramos la reunión a mañana por la mañana", dijo Motegi a los periodistas en Nueva York. "No ha habido un problema con las reuniones preliminares".
Las relaciones comerciales entre EU y Japón retrocedieron después de que Trump retiró a EU del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) a principios del año pasado. El acuerdo comercial se negoció bajo Barack Obama con otros 10 países a lo largo de la Cuenca del Pacífico.
La administración Trump ha intentado convencer a Tokio sobre la posibilidad de realizar conversaciones bilaterales en un intento -que las autoridades japonesas han resistido- por abrir el mercado a más productos agrícolas estadounidenses y establecer nuevos términos para el comercio en el sector automotriz. El resultado puede ser un terreno intermedio en el que se inicien las conversaciones, pero con objetivos menos ambiciosos que un total acuerdo de libre comercio.
"Intentar impulsar esta relación hacia adelante y abordar algunos de los problemas con los japoneses es una prioridad para nosotros", dijo un alto funcionario de la Casa Blanca la semana pasada.
A principios de este año, Lighthizer le dijo a Motegi que estaba más centrado en China que en Japón y no se mostró inflexible sobre un acuerdo de libre comercio, según una persona informada sobre la reunión. Pero también le dijo que Trump seguía considerando a Japón como un problema.
En los últimos meses, Trump ha llegado a un acuerdo con México sobre nuevos términos para el comercio en América del Norte y logró una tregua con Bruselas cuando acordó que iniciaría negociaciones comerciales.
El lunes, Trump firmó un acuerdo con Corea del Sur para cambiar los términos de su acuerdo comercial con EU, el cual se negoció por primera vez bajo la administración de George W. Bush y luego fue renegociado por Obama.
La administración Trump ha logrado convencer a varios países -incluyendo a los aliados estratégicos- a que cambien los términos de sus acuerdos comerciales mediante la amenaza de aranceles automotrices basadas en seguridad nacional. Está utilizando una estrategia similar para presionar a Tokio.
"Trump dejó en claro que hay asuntos legítimos en varias áreas que deben abordarse con Japón y está dispuesto a tomar medidas al respecto cuando sea necesario", dijo el funcionario de la Casa Blanca, negando la posibilidad de medidas de compensación o "quid pro quo".
"Los aranceles automotrices son una herramienta contundente, pero efectiva. Japón tiene que tomarlos en serio", dijo Tobias Harris, experto en Japón de Teneo Intelligence. "Se están realizando maniobras políticas. Abe tal vez diga 'no', pero todo depende de la forma en la que dice 'no'. Él tiene que renunciar a algo y ver que puede obtener a cambio.
Wendy Cutler, exfuncionaria comercial de EU y vicepresidenta del Asia Society Policy Institute, un grupo de expertos, sospecha que los funcionarios japoneses "seguirán el modelo de la UE" mientras consideran su posición. "Tienen que darle lo suficiente a Trump para obtener una moratoria por el momento", dijo.