Probablemente Martín Vizcarra, vicepresidente de Perú, tome posesión el viernes como líder de una nación en la que sus cuatro predecesores inmediatos están en la cárcel, han cumplido sentencias de prisión, están bajo investigación por corrupción o están prófugos de la ley.
El miércoles, Vizcarra tuiteó: "Regreso al Perú para ponerme a disposición del país, respetando lo que manda la Constitución".
El ingeniero de 55 años devenido en político tomará el mando después de la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski el miércoles después de una larga batalla con la oposición por su presunta participación en el escándalo de corrupción de Odebrecht que ha sacudido a América Latina.
La renuncia se produjo después de que los oponentes de Kuczynski publicaran videos grabados en secreto que, según dijeron, demostraban que su gobierno había intentado comprar votos en el congreso nacional para garantizar su supervivencia a los procedimientos de juicio político.
Kuczynski había ocupado el cargo menos de dos años. Este exbanquero de Wall Street de 79 años llegó al poder con la promesa de impulsar la inversión y erradicar la corrupción, pero desde el principio se vio obstaculizado por su falta de apoyo en el Congreso.
Al igual que Kuczynski, Vizcarra tendrá una paupérrima minoría en el Congreso. Su partido tiene sólo 15 de los 130 escaños, mientras que el principal partido de la oposición, encabezado por Keiko Fujimori, tiene 59. Fujimori le hizo la vida difícil Kuczynski durante sus 20 meses en el gobierno y nada sugiere que vaya a ser más indulgente con Vizcarra.
"Creemos que es más probable que Vizcarra sea una figura de transición, y que no cumpla el resto del mandato actual hasta el año 2021", dijo Eileen Gavin, analista sénior para Latinoamérica de Verisk Maplecroft en Londres. Ella describió la oposición de Keiko como "intencionalmente obstructiva". Algunos políticos de la oposición ya están presionando en busca de nuevas elecciones, menos de dos años después de que los peruanos acudieran a las urnas.
Vizcarra tendrá que trabajar con un público profundamente escéptico, harto de que los políticos no cumplan sus promesas. En una encuesta realizada por LatinoBarométro, apenas el 7.5 por ciento de los peruanos mostró tener fe en sus partidos políticos y el 91 por ciento consideró que al menos la mitad de sus políticos eran corruptos.
Aunque el hecho de que Vizcarra sea una persona relativamente ajena en Lima podría ser ventajoso para él -no parece estar manchado por los escándalos de corrupción- aunque también podría implicar que tendrá dificultades para negociar acuerdos en los círculos del poder de Lima.
Desde octubre pasado, se ha desempeñado como embajador en Canadá y como vicepresidente. Eso lo ha mantenido alejado del barullo político de Lima. Las personas que lo conocen lo describen como un pragmático que favorece los negocios.
"Vizcarra y sus orígenes tecnócratas deberían ofrecerles continuidad a las políticas económicas amigables con los inversionistas de Kuczynski", dijo James Watson, economista para América Latina de Oxford Economics. "Sin embargo, su capacidad para trabajar con los políticos de la oposición será fundamental".
A pesar de los desafíos que le esperan, la economía peruana continúa siendo una de las que muestra un mejor desempeño en América Latina. El sol y el mercado bursátil subieron el miércoles ante la esperanza de que la dimisión de Kuczynski le ponga fin al actual escándalo político. Los precios de los productos básicos están aumentando y los economistas esperan que la economía se expanda alrededor de un 3.5 por ciento este año después de crecer un 2.2 por ciento el año pasado.
El balance de Perú es relativamente saludable. El déficit presupuestario es del 3.5 por ciento del PIB, una cifra razonable, mientras que el déficit en cuenta corriente es de poco más del 1 por ciento.
En apenas tres semanas, Lima será sede de la Cumbre de las Américas, una de las mayores reuniones de líderes políticos del hemisferio. Asistirá el presidente estadounidense Donald Trump. La corrupción, así como la crisis en la que está sumida Venezuela, serán los principales puntos de la agenda.