En su primer día de trabajo en el cargo, el presidente Donald Trump dio señales de que pondrá el proteccionismo comercial en el corazón de su política económica, al retirar a EU de un histórico pacto comercial del Pacífico y amenazar con sancionar a las compañías estadounidenses por trasladar la producción al extranjero.
Trump dijo que la retirada del Acuerdo de Asociación Transpacífico de 12 naciones (TPP, por sus siglas en inglés), una iniciativa distintiva del giro hacia Asia de su predecesor Barack Obama, era "algo muy bueno para los trabajadores estadounidenses".
Su firma de la orden ejecutiva para retirarse del TPP se produjo poco después de que advertirle a un grupo de ejecutivos de compañías estadounidense en la Casa Blanca que impondría "muy importantes" impuestos fronterizos sobre las compañías que trasladaron la producción al extranjero y exportan los productos hacia EU.
Aunque Trump dejó claro durante la campaña electoral que retiraría a EU del TPP, la medida fue una fuerte señal de que piensa seguir adelante con la agenda populista contra el comercio que lo catapultó a la Casa Blanca.
También se espera que Trump informe oficialmente a Canadá y México de que su administración quiere renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que fue firmado por el entonces presidente Bill Clinton en 1993.
John McCain, el senador republicano de Arizona, criticó la medida como un "grave error", destacando que Trump está impulsando una agenda en contradicción con décadas de política comercial republicana.
"Se creará una apertura para que China reescriba las normas económicas a expensas de los trabajadores estadounidenses", dijo McCain. "Y enviará una señal preocupante de la retirada estadounidense de la región de Asia y el Pacífico en el momento en el que menos podemos permitírnoslo".
Japón y varios otros signatarios del TPP — entre los que se encuentran algunos de los más cercanos aliados de EU de la zona del Pacífico — han prometido seguir adelante con el acuerdo, a pesar de la decisión de Trump.
Shinzo Abe, el primer ministro japonés, dijo a su parlamento el lunes que instaría a su contraparte estadounidense a unirse al pacto. "El presidente Trump entiende la importancia del comercio libre y justo", dijo Abe.
Los defensores del TPP han insistido en que el pacto es tanto un acuerdo geoestratégico como un acuerdo de libre comercio, pues reúne a EU con sus más cercanos aliados asiáticos en un bloque económico que rodea a una China en ascenso, la cual se ha negado a participar en el proyecto y ha estado promoviendo sus propios acuerdos comerciales regionales.
En su discurso inaugural el viernes, Trump argumentó que EU había "enriquecido a otros países mientras que la riqueza, la fuerza y la confianza de nuestro país ha desaparecido en el horizonte".
En su primera reunión en la Casa Blanca desde la inauguración, Trump puso a las compañías sobre aviso de que tenía la intención de cumplir lo que había prometido, diciéndole al grupo de directores ejecutivos que sería severo con las compañías que trasladaran la producción hacia otros países.
Durante la sesión, Trump dijo que iba a imponer un "sustancial impuesto fronterizo" sobre los bienes fabricados en el extranjero por compañías estadounidenses. Pero también prometió que su administración garantizaría que las empresas que quisieran abrir instalaciones en EU enfrentarían menos regulaciones e impuestos más bajos.
"Si van a otro país y deciden que van a cerrar una fábrica estadounidense...vamos a imponer un importante impuesto fronterizo sobre el producto cuando entre", dijo Trump. "Así que si una compañía quiere despedir a todos sus trabajadores en EU y construir una fábrica en algún otro lugar y piensa que ese producto va a cruzar fácilmente la frontera hacia EU, eso no va a suceder".
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