El martes Xi Jinping dará el discurso más esperado de su ya histórica presidencia. En su alocución ante un foro organizado por el gobierno chino en la isla de Hainan, el desafío de Xi será delinear nuevas y audaces reformas económicas y medidas para abrir mercados sin parecer que está cediendo ante la presión comercial de EU.
Debido a que China se está preparando para celebrar el 40 aniversario de las políticas de "reforma y apertura" de Deng Xiaoping, Xi había planeado usar su discurso en el Foro Boao para Asia, para señalar su determinación de ser tan decisivo y efectivo como Deng en la implementación de difíciles reformas económicas y financieras.
"¿Cómo implementará China estas reformas? La gente quiere una respuesta a esta pregunta", dijo el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, horas antes de que estallara la tensión comercial entre las dos economías más grandes del mundo. "En Boao, Xi Jinping proporcionará las respuestas más concretas y fidedignas. Los participantes conocerán las nuevas medidas de reforma que implementará China".
Sin embargo, las hostilidades comerciales de la semana pasada han reforzado la posición de los funcionarios de línea dura que argumentan en contra de hacer concesiones comerciales o de apertura de mercado a EU. "Es muy delicado", indicó un asesor de política del gobierno chino. "No queremos agravar la situación, pero si no respondemos sólo alentaremos a Trump".
El domingo, el presidente estadounidense tuiteó que "China eliminará sus barreras comerciales porque es lo correcto. Habrá un trato comercial".
Xi también ha limitado su margen de maniobra cultivando su imagen como héroe nacionalista en el molde de Mao Zedong, el fundador revolucionario de China comunista. En dos discursos importantes en los últimos seis meses, ha esbozado su visión de la emergencia de China como una potencia global de primer nivel. En la más reciente de estas alocuciones el mes pasado, Xi le advirtió a EU que no debe "amenazar a los demás".
Fue una advertencia que Trump optó por ignorar, lo cual fue percibido como un insulto por los funcionarios chinos.
El 5 de abril, Trump amenazó que aplicaría 100 mil millones de dólares en aranceles adicionales a las exportaciones chinas a EU. Justo un día antes, la administración Trump había delineado sus planes para evaluar los aranceles punitivos sobre exportaciones chinas con un valor de 50 mil millones de dólares, a lo que Beijing respondió en especie. Trump describió los contraaranceles de China como una "represalia injusta" que "dañará a nuestros agricultores y fabricantes".
La última amenaza de Trump, emitida a través de una declaración oficial de la Casa Blanca, ha incrementado el desafío dramáticamente para Xi mientras se prepara para dirigirse a cientos de dignatarios, financieros y capitanes de industria chinos e internacionales en Boao.
En privado, los funcionarios chinos son optimistas. "Trump es impredecible en un sentido, pero también es muy predecible", le dijo un funcionario al Financial Times. "Ha sido un proteccionista toda su vida".
El viernes por la mañana, un portavoz del Ministerio de Comercio chino prometió que "en este contexto de amenazas estadounidenses, China no negociará".
"Trump se ha movido aún más en la dirección equivocada", expuso He Weiwen, experto en política comercial de China y ex funcionario del Ministerio de Comercio. "El enfoque correcto es sentarse a negociar sin amenazas unilaterales, basado en hechos concretos y en las reglas de la Organización Mundial del Comercio". Dijo que China seguirá tomando represalias en contra de cualquier acción comercial iniciada por EU. Él cree que Xi no se apartará de la retórica de su discurso el año pasado en Davos en defensa del libre comercio y de instituciones como la OMC. "El presidente Xi abogará explícitamente por el libre comercio", señaló.
Unos días después del discurso de Xi en Davos, Trump declaró el comienzo de una nueva era de "EU primero" en su toma de posesión. Esta semana será el turno de Xi para responder a Trump. El presidente chino no sólo intentará presentarse de nuevo como un responsable estadista internacional y un audaz reformador, sino también como alguien que no se doblegará ante otros gobiernos.