Una ola de innovación y tecnología financiera trajo al mercado instrumentos más eficientes, personalizados y adaptables a cada inversionista, pero también creó activos que prendieron varias alarmas hace dos meses.
Dentro de la familia de los Exchange Traded Products (ETPs, por sus siglas en inglés), surgieron en 2011 las Exchange Traded Notes (ETNs), los cuales llamaron la atención de los proveedores y reguladores tras la última caída pronunciada de Wall Street.
El desplome de los mercados bursátiles a principios de febrero, no solo quedó en uno de los descensos más pronunciados de los últimos años y en el aumento desmedido de la volatilidad, sino que también reveló las vulnerabilidades en las formas de medir el riesgo y su posible manipulación.
De acuerdo con información de Bloomberg, los riesgos destapados trajeron consigo una demanda superior a los dos mil millones de dólares para Credit Suisse, uno de los Bancos de Inversión más grandes del mundo y proveedor de notas de inversión, acusado de manipular e inflar el precio de su producto denominado XIV(VelocityShares Daily Inverse VIX Short-Term ETN). Además, se ha iniciado una investigación de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y la Comisión de Comercio de Futuros de Commodities.
El parecido del nombre de ese producto al índice de volatilidad tiene una lógica. El XIV, es un ETN que sirve para apostar en contra de la volatilidad o a favor de periodos prolongados de estabilidad en los mercados bursátiles, los cuales habían sido una apuesta ganadora en los últimos dos años de calma.
Los ETN son catalogados como productos de deuda con estructuras complejas que tiene como subyacentes bonos y opciones financieras ligados a un índice, y, por lo tanto, un periodo de vencimiento. Igual que como sucede en el mercado de derivados de las opciones, no es necesario tener los bienes del mismo, además, en estos productos está implícito un riesgo de crédito por parte del emisor. La gran diferencia entre sus primos más conocidos, los ETFs, es que en los Exchange Traded Notes no se tienen los activos físicos.
Según un comunicado emitido el mes pasado por parte de Credit Suisse, el prospecto de colocación de ese producto sí revelaba de manera precisa y completa los riesgos de una inversión en este tipo de productos.
"Son destinados solo para clientes institucionales sofisticados", señala el documento. Lo anterior llevó a los reguladores a preguntarse porqué fondos de cobertura y family offices estaban utilizando este tipo de estrategias tan complejas.
"Cuando tú tienes un ETN tienes un instrumento sintético con exposición al banco que te está emitiendo. Normalmente, el prospecto de estos productos señala que el emisor puede apostar o cubrir su posición en contra del cliente, y es lo que sucedió con los productos de Credit Suisse, que en un par de días perdieron miles de millones de dólares y ahora están siendo demandados por algunos clientes", señaló Irma Bribiesca, directora en estrategia de productos ETFs de Transamerica Asset Management.
De acuerdo con la especialista, lo que pasó fue que mientras el mercado caía, ellos estaban cubriendo la posición, provocando que el mercado siguiera presionado por el hedge y por tanto, pronunciando los descensos.
Ayer, Federman & Sherwood, un buffet especializado en litigios financieros, anunció la presentación de una nueva demanda colectiva de valores en nombre de inversionistas que adquirieron el inverso del VIX, alegando violaciones de las leyes federales de valores, en contra de Credit Suisse y Janus Index & Calculation Services.
El demandante busca recuperar los daños y perjuicios en nombre de todos los inversionistas que compraron los Bonos durante el periodo del 29 de enero hasta el 5 de febrero de 2018.