Los flujos de capitales del exterior a México registraron un freno en los primeros meses de este año, situación que se podría extender e incluso, tornarse negativos en el segundo trimestre a la espera de los resultados de las votaciones, a efectuarse el próximo primero de julio.
Los recursos del exterior, dirigidos a la compra de valores de deuda del Gobierno Federal, reportaron un retroceso de 16 mil 584 millones de pesos en el primer trimestres del 2018, cifra contrastante con la entrada de 63 mil 028 millones del mismo periodo del año anterior, de acuerdo a datos publicados por el Banco de México.
El portafolio de los extranjeros en deuda está integrado por instrumentos denominados en pesos como los Cetes, Bonos y Udibonos.
La pérdida del 'apetito' de los extranjeros por valores de deuda denominados en pesos se puede profundizar, en parte, por la incertidumbre derivada del proceso electoral y por temores a un alza en el tipo de cambio del peso con el dólar, a lo que suma el incremento esperado en los rendimientos otorgados en instrumentos similares en Estados Unidos.
En tanto que las inversiones provenientes del exterior, dirigidas a la adquisición de acciones de empresa listadas en la Bolsa Mexicana de Valores, ascendió a 836 millones de dólares en los tres primeros meses del 2018, muy por debajo de los 2 mil 327 millones reportados en el mismo periodo del año anterior, con base en datos del Banco de México.
De extenderse la reducción en flujos de capitales financieros del exterior a México, afectarían a la oferta de dólares, lo cual podría contribuir a generar presiones alcistas adicionales en el tipo de cambio.
En otro frente, el freno de inversiones de extranjeros destinados a la actividad productiva podría volverse a presentar, como lo acontecido en otras ocasiones.
En las elecciones del 2006 y el 2012, se reportó una baja de 2 mil 350 y 695 millones de dólares en la entrada de inversión extranjera directa a México durante el segundo trimestre de esos años, meses antes de efectuarse las votaciones.
Una mayor cautela en la inversión extranjera directa puede derivar en una menor velocidad en la recuperación de la economía mexicana con respecto a lo originalmente estimado.
Las reformas estructurales instrumentadas en México pueden tener un efecto favorable en la entrada de inversión destinada a la actividad productiva, pero todo dependerá del resultado de las elecciones y de la postura que, al respecto, tenga quien resulte ganador, situación que puede hacer que este tipo de inversiones entren en un compás de espera.
Otro aspecto, que puede influir en un menor dinamismo en la inversión extranjera directa, se relaciona con la espera del resultado de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y su efecto sobre la actividad de sectores clave como el automotriz.