Para los operadores de bonos hay pocas dudas respecto del camino que tomará la Reserva Federal de Estados Unidos con relación a las tasas de interés.
No incorporan del todo a los precios otro aumento hasta febrero del siguiente año, al tiempo que llevan este mes una medición de la volatilidad esperada de los bonos del Tesoro de Estados Unidos al nivel más bajo desde 2014. Es el tipo soberbia que puede hacer que se lleven una sorpresa, según Jerome Schneider, un administrador de dinero de Pacific Investment Management y administrador de fondos de renta fija del año de Morningstar en 2015.
"No debería llevarse a los inversores a confiar en que la Fed no va a tomar medidas", dijo Schneider. "La Fed seguirá dependiendo de los datos y se moverá de manera gradual", dijo, "pero asumir que se va a estar en la banda de 25 a 50 puntos básicos durante años parece un poco conservador".
Los mercados de futuros estiman que no hay probabilidades de un aumento de tasas cuando el Comité Federal de Mercado Abierto concluya el miércoles su reunión de dos días, y que hay sólo un 20 por ciento de probabilidades de que se tomen medidas en junio, a pesar de que algunos funcionarios argumentaron a favor de un aumento de tasas en abril en la reunión pasada.
Yellen dijo el mes pasado que los riesgos económicos globales podrían desacelerar el ritmo de endurecimiento a pesar de los indicios de fortaleza económica de Estados Unidos.
Al estar tan seguros los operadores respecto del camino gradual de la Fed, para fluctuar al mercado podría bastarle que las autoridades sugirieran el miércoles un incremento de las tasas en junio, dijo Kathy Jones, estratega jefa de renta fija en Nueva York de Charles Schwab & Co.
"¿La declaración será más dura de lo que espera el mercado? Es una posibilidad", dijo Jones. "El mercado se siente muy seguro en este momento", indicó, "y esa relativa complacencia podría generar una sorpresa".