El día que Donald Trump fue elegido presidente, Doug Derwin ganó mucho dinero. Derwin es un abogado devenido capitalista de riesgo y había cobrado una inversión exitosa. Al igual que muchos ejecutivos ricos de Silicon Valley, Derwin usó la ganancia inesperada para comprar un auto eléctrico de Tesla y restregárselo al presidente, o al menos a los negadores del cambio climático que para él representaba Trump. "Una de las razones por las que me sentí bien al comprarlo fue por hacer una especie de declaración contra lo que estaba sucediendo a mi alrededor", dice Derwin.
Pero mientras la orden de compra de Derwin transitaba la lista de entregas demoradas de Tesla, él empezó a tener dudas. Elon Musk, cofundador y presidente ejecutivo de Tesla, se reunía con Trump y se unía a los comités de la nueva administración. Cuanto más pensaba Derwin en esto, más se enfadaba. Y así, después de recibir un correo electrónico en febrero en el que le informaban que su sedán Model S finalmente estaba listo, Derwin canceló la compra. De todos modos, extendió un cheque por 150 mil dólares… sólo que lo donó a la Unión Americana por las Libertades Civiles.
"Trump estaba usando a Elon para legitimarse", dice Derwin. "Les dice a los votantes con poca información que Trump no puede ser tan malo porque ahí está Elon Musk atento a cada palabra suya. Por eso cancelé la orden. Es importante que haya una oposición basada en principios". Musk se negó a hacer declaraciones para este artículo pero ha argumentado que los moderados deben comprometerse con Trump, en lugar de dejar que sólo a los extremistas aconsejen al presidente.
La protesta personal de Derwin se ha transformado en una campaña pública con todas las letras para obligar a Musk a romper todos los lazos con el presidente. Derwin es quien financió en secreto los letreros publicitarios que aparecieron en las últimas semanas cerca de la sede de Tesla y la fábrica de Silicon Valley, que decían: "Elon: Por favor, deja a Trump". Y este lunes lanzó un sitio web, www.elondumptrump.com, videos que muestran a propietarios de autos Tesla enojados, pegatinas para parachoques de "Elon: Dump Trump" y gorras y camisetas que dicen "Resistir".
Es sólo el comienzo. Derwin, de 59 años, está dispuesto a gastar 2 millones de dólares en las protestas contra Musk-Trump. Compró 500 mil dólares de espacios en los medios de comunicación que incluyen anuncios que se publicarán el 23 de abril en The New York Times, The Washington Post, The San Francisco Chronicle y San Jose Mercury News y publicidades de televisión que aparecerán durante Meet The Press, Morning Joe y Full Frontal con Samantha Bee. Va a montar puestos de información en los campus universitarios para tratar de disuadir a los jóvenes ingenieros de trabajar en Tesla o Space Exploration Technologies, la compañía de cohetes de Musk. Va a ofrecer pagarles a las personas que hayan enviado depósitos para el futuro Tesla Model 3, si cancelan sus pedidos. Y se va a asociar con grupos anti-Trump de Silicon Valley para hacer que el ataque a Musk forme parte de sus campañas.
"Lo peor que puede suceder es que pierda algo de dinero y tal vez quede como un idiota en público", dice. "Pero me pareció que tenía sentido oponerme a Trump de la manera que pudiera".
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