Monterrey

Combustibles: ¿Qué nos espera después de las Elecciones?

Es recomendable no detener la Reforma Energética, y aprovechar los ingresos de la recaudación fiscal y por venta de petróleo crudo para invertirlos en refinación.

Estimado lector, el pasado 12 de junio se realizó el tercer y último debate presidencial en el proceso de la elección del 1 de julio entrante, considerada como inédita por contar con la lista nominal de votantes más alta en la historia del país, en donde la balanza millenial será fundamental, ya que la mayoría no tiene una preferencia política específica. En este tercer debate, pudimos escuchar por última vez la postura y las propuestas de cada uno de los candidatos con referencia a la Reforma Energética, aprobada en el presente sexenio, y aquí los cuatro candidatos coincidieron en la importancia de invertir en energías renovables como la eólica y la solar.

En el tema de combustibles, dos de los puntos fundamentales, que afectan a millones de mexicanos, se refieren a si se construyen o no refinerías, o si se opta por el futuro de los autos eléctricos, y en el modo en que se planteó pareciere que es una cosa u otra.

Es necesario tomar decisiones que busquen el beneficio presente y futuro del mayor número de personas posibles. Por eso, me gustaría tocar algunos puntos:

1.- Si bien es cierto, la demanda de combustibles fósiles, a nivel global se empezará a desacelerar con el paso de los años, desacelerar no es lo mismo que decrecer. Según la OPEC, se espera que hasta el año 2040 se mantenga una tasa de crecimiento anual en la demanda de petróleo del 0.6 por ciento, lo cual representa un incremento promedio de 1.2 millones de barriles diarios.

2.- Se espera un alza en la demanda de petróleo en India, China y Eurasia, y en otros países en desarrollo.

3.- El precio de los combustibles seguirá subiendo, por la baja en la producción, el alza de los costos de extracción y una mayor demanda, es decir, cada vez se volverá más "valioso".

4.- A corto plazo, la única forma en que los combustibles en México bajen, será disminuyendo o eliminando el IEPS e IVA, sin embargo, esto no corresponde a los seis pesos que se mencionaron en el debate, por ejemplo, actualmente el IEPS a gasolinas está "subsidiado" de manera virtual, como me gusta llamarle, en un 64.79 por ciento para la Magna, un 52.63 por ciento para la Premium y un 62.54 por ciento para el Diésel, y el eliminarlo o congelarlo, en este momento, afectaría fuertemente las finanzas públicas.

5.- Suponiendo que se hace la disrupción en la industria de los autos eléctricos, de tal manera que sean accesibles para la mayoría de las personas, México no cuenta ahora con la infraestructura para soportar la carga y los picos en energía eléctrica, se tendría que hacer una inversión en toda su infraestructura a nivel nacional.

6.- Cuando la disrupción se realice, y suponiendo que la infraestructura en transporte público siga igual, los más afectados serán los que menos tienen, ya que los precios de los combustibles habrán subido y no tendrán acceso a unidades eléctricas, pero sus costos de transporte se incrementarán, y si aún seguimos sin tener pavimento en muchas entidades rurales, pues menos tenemos una infraestructura eléctrica de transporte. Hay que entender que desgraciadamente el nivel de infraestructura pública en México no se encuentra a niveles de países primer-mundistas como lo son Japón o Estados Unidos (EU), sin duda hay que invertir, pero el cambio debe de ser gradual, sin que afecte a las personas que menos tienen.

En mi opinión, yo recomendaría no detener la Reforma Energética, y buscaría aprovechar los ingresos de la recaudación fiscal y los ingresos por venta que se tendrían en la exportación de petróleo crudo, por el incremento en los precios internacionales, y habría que invertirlos en refinación para crear Seguridad Energética en el país, crear infraestructura de transporte para las zonas más marginadas y posteriormente realizar la transición a energía eléctrica, y una vez que la demanda en combustibles fósiles en México empiece a disminuir, aprovechar la tendencia en otros países, y así realizar la exportación, pero ojo, todo esto suponiendo que el dinero vaya a donde tiene que ir. Ya veremos que sucede.

El autor es Director de Estrategias Comerciales y Socio del área de Hidrocarburos Despacho Elizondo Cantú SC.

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Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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