Monterrey

El desafío del líder, talento, ética y compromiso

“Así como el ignorante está muerto antes de morir... el hombre de talento vive aún después de muerto”. Publio Sirio.

Recientemente hemos escuchado, y ello con mayor frecuencia en el mundo ejecutivo, la gran preocupación que se tiene por las nuevas generaciones con respecto a tres temas que han sido y son parte medular de análisis y soluciones en nuestras organizaciones. Estos tópicos centrales son: La guerra por el talento humano, La ética personal y profesional en los negocios y El compromiso organizacional de los empleados.

La pelea por conseguir capital humano con el talento que el negocio requiere ha cobrado mayor relevancia y esto tiene gran sentido: "las empresas que se encuentren a la vanguardia en sus tácticas de atracción, retención y motivación de personal ganarán terreno en términos competitivos".

Luego de que, hace ya quince años, el libro The War of Talent, Time to Change Direction, cambió la manera en que las empresas alrededor del mundo solían gestionar el talento de su capital humano, el enfoque de esta función —que se centraba exclusivamente en los profesionales de altos desempeño y potencial— se ha transformado radicalmente.

Este enfoque, hoy aún arraigado férreamente en muchas compañías, ha empezado a cambiar. En 2014, el rumbo comenzó a cambiar bajo el concepto de que es mucho más benéfico que las organizaciones tengan un enfoque holístico de la gestión de talento que incluya las necesidades de todos los empleados.

Hablando del tema ética, por ella entendemos aquellos principios, valores y creencias morales que las personas tienen en mente para guiarse en sus decisiones y formas de actuar. "Toda persona tiene escrúpulos morales, que son pensamientos o sentimientos que nos dicen que algo está bien o mal". Esto también forma parte de la ética. Un dilema ético es aquel en el que se encuentra una persona cuando tiene que decidir entre actuar de una determinada forma o manera que beneficie a solamente una persona o grupo y que sea lo correcto, o hacerlo de forma que beneficie sus propios intereses.

Hoy en día, una empresa u organización sin ética, es decir, sin principios ni normas de comportamiento, está condenada —tarde o temprano— al fracaso y posteriormente a desaparecer. La ética organizacional es el alma de la empresa, aquello que la inspira a ser creativa, aquello que guía sus actos y provoca ser re- conocida y codiciada por inversionistas, empleados y clientes.

Finalmente el tópico de compromiso viene a sellar este artículo. La empresa exitosa es aquella donde la gente quiere estar… Los empleados que tienen más pasión por su trabajo y que están comprometidos con su empresa, son más felices y, por lo tanto, más productivos. Y es por eso que los líderes de las empresas son los responsables de generar altos niveles de compromiso.

Un aspecto importante del compromiso es que no se trata solo de un acto personal. Cuando nos comprometemos, también estamos creando expectativas en los demás y, en muchos casos, nuestras promesas tienen un impacto importante y directo en las elecciones ajenas y en la forma como otras personas perciben su futuro. Los compromisos tienen la particularidad de abrir ciertos futuros y de cerrar otros simultáneamente. "Mi compromiso es por: ¿Conveniencia, convencimiento o por convicción?"

Al analizar el tema del compromiso con las nuevas generaciones nos deja puntos importantes para reflexionar, así como para seguir investigando y probando las mejores opciones que sean justas y equitativas, generando el tipo de compromiso compartido con que se impone contar en nuestro mundo actual.

Finalmente comento que el desafío del líder en el siglo XXI: Talento, Ética y Compromiso tiene puntos ciegos. Esto se da cuando dos características padecen de la ausencia de la otra tercera. En forma sintetizada podemos expresarlo así:

Con talento y compromiso sin ética, NO HAY TRASCENDENCIA.

Con talento y ética sin compromiso, NO HAY PERTENENCIA.

Con compromiso y ética sin talento, NO HAY COMPETENCIA.

"Contar con talento, ética y compromiso es un imperativo del liderazgo que deberá ser una forma de vida, como un proceso permanente para hacer que las cosas sucedan, sucedan bien y en el momento y magnitud esperados".

El autor es fundador y presidente de CDG, firma de consultoría enfocada al diagnóstico y desarrollo de competencias de negocio desde hace más de 30 años. Maestro en Ciencias en Recursos Humanos por la Universidad de Utah y con certificación de habilidades directivas por la Universidad de Harvard y socio de ERIAC Capital Humano.

Opine usted: contacto@eriac.com.mx

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

También lee: