Recientemente el nuevo gobierno anunció un aumento importante en el gasto público de 2019, el cual planea solventar con el ajuste al gasto público actual. Sin embargo, dicho ajuste deja muchas dudas ya que no se especifica exactamente de dónde se obtendrá, además de que algunas medidas pueden ser más perjudiciales en el largo plazo.
Empecemos con el mensaje del Presidente electo que menciona que con el combate a la corrupción planea obtener recursos adicionales para solventar el gasto público. Esta aseveración genera muchas dudas ya que no se especifica a qué se refiere con el combate a la corrupción y los mecanismos para que estos recursos ingresen al erario público.
Por otro lado, se planean reducir los sueldos y salarios de los funcionarios públicos, los cuales también implicarán una disminución en la captación del ISR en la misma proporción. Asimismo, se ha propuesto reducir los impuestos en la frontera Norte del país, tanto del ISR como el IVA, lo cual disminuirá los recursos del estado de manera sustancial.
Recordemos que el aumento al gasto público incluye pensiones dobles, la construcción de una refinería, la construcción de un tren, el apoyo a jóvenes que no estudian ni trabajan, entre otros. Este aumento en el gasto se dará de manera inmediata. Creo que sin cambios importantes en la base de contribuyentes o en la tasa impositiva no se podrán cumplir con dichas obligaciones de gasto.
¿Y qué esperar para Nuevo León? Pues parte del recorte anunciado implica una menor distribución de recursos a entidades federativas y municipios. Nuevo León es un estado que sufre frecuentemente una falta de recursos que está mermando su competitividad. El estado es el segundo que más aporta a la federación en pago de impuestos y sólo recibe 22 centavos de cada peso otorgado. Si eliminamos a los grandes corporativos de cada peso se reciben 40 centavos.
El estado está creciendo a tasas promedio de cuatro por ciento, cuando en la década de los 2000 crecía al seis por ciento. Esto se debe, principalmente, a la falta de inversión en movilidad. Monterrey es una ciudad del tamaño de Madrid que presume más de 10 líneas de metro y Monterrey tiene dos. El costo de transportarse, el tiempo y la contaminación en Monterrey, por ende, es mayor y provoca una menor productividad.
De continuar esta tendencia se estaría sofocando uno de los estados más productivos del país y de dónde obtiene la mayor parte de los recursos para solventar el gasto público. Así, el nuevo recorte no nos sorprenda que afecte en gran medida a nuestro estado y continúe mermando su productividad.
La solución a los dos problemas: a) una reforma fiscal homologando el IVA a todos los bienes y servicios para blindar las finanzas públicas del país en un contexto donde solo el 43 por ciento de la población paga impuestos (en Nuevo León es más del 70 por ciento) y 2) una reforma la ley de coordinación fiscal para darle mayor autonomía a las entidades federativas.
El autor es director general y fundador de Soluciones Financieras GAMMA y profesor de Economía y Finanzas en EGADE Business School. Cuenta con una maestría en Economía Financiera y doctorado en Finanzas, ambas por la Universidad de Essex en el Reino Unido.
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