Monterrey

¿Qué se espera del tipo de cambio?

Este año el mercado empezó a especular en contra del peso en la segunda mitad de mayo, cuando se confirmó que la renegociación del TLCAN se aplazaría hasta después de las elecciones en México y en Estados Unidos.

En la primera semana de julio el peso mexicano mostró una apreciación de 4.35 por ciento u 86.6 centavos, tocando un nivel de 19 pesos por dólar y acumulando su mayor avance semanal desde 2011. La apreciación del peso se atribuye a la comunicación de López Obrador y su equipo de trabajo en los días posteriores al 1 de julio, haciendo evidente el objetivo de generar confianza en los mercados financieros y en el sector empresarial, al poner énfasis en la importancia de mantener una política fiscal ortodoxa.

Asimismo, tomando en cuenta las tres elecciones presidenciales anteriores del 2000, 2006 y 2012, se ha observado de manera consistente una recuperación del peso tras el proceso electoral, al reducirse la especulación en contra de la moneda nacional que se había acumulado en meses anteriores. Este año el mercado empezó a especular en contra del peso en la segunda mitad de mayo, cuando se confirmó que la renegociación del TLCAN se aplazaría hasta después de las elecciones en México y en Estados Unidos.

Cabe recordar que desde el tipo de cambio mínimo en el año a mediados de abril (de 17.94 pesos por dólar), hasta el máximo en junio (de 20.96 pesos por dólar), el peso registró una depreciación de 16.8 por ciento o 3.02 pesos. Una semana después de las elecciones, el peso ya ha recuperado un 65 por ciento de dichas pérdidas, al ganar 1.96 pesos desde el nivel de tipo de cambio máximo en el año.

La apreciación del peso tras las elecciones, si se observa la historia reciente, es la regla y no la excepción. En esta ocasión, dicha regla se cumplió de nuevo debido a la menor incertidumbre sobre el rumbo de la política económica de México.

En los próximos meses, la opinión de los mercados financieros y de las agencias calificadoras podría variar, sujeto a que la política económica, en particular la política fiscal, se conduzca de manera prudente.

Asimismo, los mercados vigilarán muy de cerca las modificaciones constitucionales que pueda buscar la siguiente administración, ya que la coalición "Juntos Haremos Historia", que lidera Morena, ha obtenido mayorías en las Cámaras de Diputados y Senadores (Congreso de la Unión) y en los Congresos locales necesarios para respaldar reformas a la Constitución.

Hacia adelante, si las estadísticas de las tres elecciones pasadas se repiten, el tipo de cambio podría alcanzar un nivel de 19.20 pesos por dólar al cierre del tercer trimestre, pasando por niveles ligeramente por debajo de 19 pesos y para finales de año podría cotizar en un nivel de 19.30 pesos por dólar, ya que en el promedio de las elecciones pasadas el peso se aprecia mucho en julio pero el resto del año la cotización es muy estable. Sin embargo, si el tipo de cambio se comporta de forma similar a lo ocurrido en 2012, tal como lo indica la evidencia más reciente, la paridad podría bajar hacia un nivel cercano a 18.50 pesos por dólar al cierre del tercer trimestre y ubicarse cerca de 18.40 pesos por dólar hacia el cierre del año.

No se descarta volatilidad en el tipo de cambio, como consecuencia de: 1) especulación en torno al TLCAN, 2) especulación en torno a la política monetaria de la Reserva Federal, 3) contagio de movimientos en divisas de otras economías emergentes, 4) cambios en los precios del petróleo y 5) aversión al riesgo.

En particular, sobre el TLCAN, preocupa que Trump imponga aranceles a la importación de autos. Respecto al contagio de otras economías emergentes, el peso ha mostrado una alta correlación a los movimientos del rand sudafricano y el real brasileño, a pesar de que la economía mexicana no tiene una relación económica significativa con Sudáfrica y Brasil. Por otro lado, los comentarios de la OPEP y de Trump seguirán moviendo al precio del hidrocarburo, que ha alcanzado un máximo en el año 75.27 dólares por barril (WTI), como consecuencia de recortes en la producción. Finalmente, se podrían presentar episodios de aversión al riesgo ante la amenaza de una desaceleración de la economía global, tras el desarrollo de una guerra comercial entre Estados Unidos y China, lo que pone en riesgo el crecimiento económico global.

La autora es economista en Jefe de Grupo Financiero BASE y profesora de economía en el Tec de Monterrey.

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