Lo primero que es importante señalar, es que nuestras autoridades afirman categóricamente que la deuda que se ha contratado para la construcción del nuevo aeropuerto, no es deuda del Gobierno Federal, ni de la empresa paraestatal que lo construye, ni tampoco de NAFINSA, ya que ésta actúa en su calidad de Fiduciario del Fideicomiso 80460, quien es el legítimo dueño de la garantía de estos adeudos, la cual es el derecho de cobro de la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA).
Peor aún, ni siquiera la obra civil que se está construyendo, está dada en garantía a los inversionistas, quienes literalmente tienen la recuperación de su inversión "colgada de la pata de un zancudo", y es importante que conozcan perfectamente bien el riesgo al que se enfrentan.
Legalmente, aunque parezca absurdo, el deudor de todos los recursos que ya se han contratado para esta obra faraónica, (más de seis mil millones de dólares) es el Fideicomiso "Privado" 80460 quien es el legítimo dueño de los derechos de cobro del TUA, gracias a que se los "compró" a las empresas aeroportuarias y ese flujo de efectivo es la garantía y la fuente de pago a los inversionistas.
Un Fideicomiso, legalmente es solo un CONTRATO, y NO tiene personalidad jurídica, por lo que decir que quien debe es el Fideicomiso, ya es para poner "los pelos de punta" pues tendría que demandarle el pago de mi inversión, a un "CONTRATO", y no a una persona física o moral.
De hecho, para organizar y administrar este embrollo de acreedores diversos, NAFINSA constituye OTRO Fideicomiso, (este sí en calidad de Fideicomitente) en Banca Invex, de administración y garantía de pago a los acreedores del nuevo aeropuerto, donde "aporta" la gran cantidad de UN PESO, y además, el derecho de cobro del TUA, siendo ahora, a través de este Fideicomiso, donde se colectan los ingresos del TUA y se hacen los pagos a los acreedores, Ah, pero los remanentes, (de haberlos) son de las empresas aeroportuarias, pues con el TUA pagan TAMBIÉN, sus gastos de operación y de mantenimiento, pero lo acreedores cobran primero.
Imagine Usted, amigo lector, que necesita dinero para construir su casa, y va a un Banco para pedírselo y le ofrece en garantía, no la casa que va a construir, sino el derecho de cobrar su "Sueldo", el cual depositará usted en un Fideicomiso de garantía y de pago.
De esta manera, su patrón mandará ahora su sueldo cada quincena al Fideicomiso, quien primeramente deberá pagarle al Banco la mensualidad pactada, y el remanente se lo depositaría a usted en su chequera, para que pague sus gastos.
Imagine ahora, que usted va a OTRO Banco, y hace una operación similar, por lo que el Fideicomiso que "cobra" su sueldo, debe pagarle ahora a DOS Bancos acreedores suyos, antes de transferirle el remanente de su sueldo, sin que el primer Banco pueda objetarlo ni impedirlo, y así hasta que USTED decida cuánto dinero pedir prestado.
Obviamente, su sueldo no es de chicle y no lo puede "estirar" para que alcance a pagar a todos sus acreedores, por lo que si NO hubiera remanente, qué pena, usted no tendría dinero ni para comer, pero si no alcanza ni para pagarle a los Bancos, ahora ELLOS están en problemas, pues Usted, además de que NO les debe NADA, su casa TAMPOCO les fue dada en garantía, sino solo el "Derecho de cobrar su Sueldo".
Obviamente, otra situación de riesgo sería si usted se queda sin trabajo, ya que la fuente de garantía y de pago desaparecería, y el fideicomiso no tendría ni un centavo para pagarle a sus acreedores.
Qué cree usted que le pasaría al nuevo aeropuerto si AMLO decide el 1 de diciembre que el TUA a cobrar en el actual aeropuerto sea de solo UN PESO y lo manda publicar en el Diario Oficial?
Qué pena, pero el Fideicomiso de garantía no cobraría ni para sus gastos de operación y los inversionistas no cobrarían, ya no digo sus intereses, sino tampoco su principal invertido. Así, o más riesgoso.
¿Y las Calificadoras de riesgo que le dieron grado de inversión a esta "Deuda" qué opinan?
El autor es especialista en estudios económicos y de finanzaspúblicas. Actualmente ocupa el cargo de Socio de Economía en Pérez Góngora y Asociados.
Opine usted: mperezv@perezgongora.com
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