Chicago demandará al gobierno del presidente estadounidense Donald Trump este lunes por las amenazas de retener fondos para la seguridad pública de las llamadas 'ciudades santuario', intensificando una respuesta contra las medidas federales sobre la inmigración, anunció este domingo el alcalde Rahm Emanuel.
La demanda federal se conoce menos de dos semanas después de que el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, dijera que el Departamento de Justicia impediría que las ciudades reciban cierto programa de subvenciones.
Esto, a menos que permitan que las autoridades de migración tengan acceso ilimitado a las cárceles locales y avisen con 48 horas de anticipación antes de liberar a personas buscadas por violaciones de migración.
"Chicago no permitirá que nuestros oficiales de policía se conviertan en peones políticos de un debate", dijo Emanuel, un demócrata, en conferencia de prensa.
The City of Chicago will sue Trump DOJ for their unlawful effort to make cities choose btwn their values & strengthening their police depts. pic.twitter.com/BYVBDLalnm
— Mayor Rahm Emanuel (@ChicagosMayor) 6 de agosto de 2017
"Chicago no permitirá que se aíslen y violen los derechos fundamentales de nuestros residentes. Y Chicago nunca renunciará a nuestra condición de ciudad acogedora".
Las Subvenciones Conmemorativas Edward Byrne del Departamento de Justicia ofrecen dinero a cientos de ciudades, y el gobierno de Trump ha solicitado 380 millones de dólares en financiamiento el próximo año.
Chicago, un objetivo habitual del republicano Trump debido a su tasa de homicidios, esperaba recibir 3.2 millones de dólares este año para comprar equipos.
Emanuel dijo que la demanda impediría que la administración Trump establezca un precedente que podría ser usado para apuntar a otras fuentes de financiamiento.
Bajo los pedidos de Trump y Sessions, el gobierno federal buscó actuar contra las ciudades santuario, que generalmente ofrecen asilo a los inmigrantes ilegales al rehusarse a utilizar recursos municipales para poner en vigor leyes de inmigración de carácter nacional.
Decenas de gobiernos locales y ciudades, incluyendo Nueva York, Los Angeles y Chicago, se han unido al creciente movimiento de las urbes santuario.