LA HABANA.- El gobierno del presidente saliente de Estados Unidos, Barack Obama, y Cuba se apresuraron esta semana a firmar nuevos acuerdos cuando quedan sólo dos días para la toma de posesión del mandatario electo Donald Trump.
El republicano, quien asumirá el viernes, se ha pronunciado con un tono hostil y agresivo sobre el deshielo entre ambos países y ha amenazado con poner fin a las relaciones a no ser que La Habana haga más concesiones.
Washington y La Habana suscribieron un pacto para colaborar en el salvamento aéreo y marítimo en el peligroso Estrecho de Florida, mientras que, junto a México, están listos para un pacto jurídico sobre los límites territoriales en el Golfo de México, según fuentes diplomáticas.
"El perfeccionamiento y la coordinación en el tema del salvamento es esencial para nuestros países cuando el comercio autorizado y el flujo de viajeros están en aumento", dijo Jeffrey DeLaurentis, encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en Cuba tras la firma del documento.
Un tercer pacto sobre protocolos de salud animal y sanidad vegetal fue pospuesto el miércoles. Sería el último de los 22 documentos firmados en 18 meses.
El gobierno de Obama y el de Raúl Castro han concluido cinco negociaciones desde las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, que incluyen la cooperación en la lucha contra el terrorismo y el acuerdo que pone fin desde el jueves pasado al trato migratorio privilegiado para los cubanos que llegan a Estados Unidos sin visa.
"Aunque el número, la variedad de temas y la profundidad de los acuerdos y memorandos ejecutados por el gobierno de Obama son significativos, es importante reconocer que ninguno es vinculante; no son tratados (...)", dijo John Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial Cuba-EEUU.
El grupo para la transición de Trump incluye a cinco cubano-estadounidenses que se oponen al deshielo y mantienen estrechos vínculos con legisladores que piden aislar a Cuba.
Los decretos implementados por Obama para flexibilizar el embargo comercial de más de medio siglo podrían ser desechados por Trump una vez instalado en la Casa Blanca. El embargo sólo puede ser levantado por el Congreso de Estados Unidos, que es controlado por los republicanos.