ESTAMBUL.- El presidente turco, Tayip Erdogan, marcó el inicio del nuevo sistema presidencial por el que había hecho campaña desde hace tiempo poniendo a su yerno a cargo de la economía y prometiendo una mayor reorganización de un país en el que gobierna desde hace 15 años.
Horas después de ser investido con poderes ampliados en una ceremonia en la capital, Ankara, Erdogan nombró a Berat Albayrak como ministro del Tesoro y Finanzas. Albayrak, de 40 años, ha sido antes ministro de Energía y previamente dirigía una empresa que se percibía cercana al Gobierno.
Su nombramiento - y la ausencia de ministros conocidos y favoritos del mercado en el gabinete - ayudó a provocar una fuerte caída de la lira. Erdogan ha dicho que la poderosa presidencia ejecutiva es vital para el crecimiento económico y garantizar la seguridad tras un golpe militar fallido en 2016.
Los aliados occidentales y grupos de derechos critican lo que denominan como un creciente autoritarismo y un intento de que gobierne un solo hombre. Los inversores están preocupados de por lo que temen sea un mayor control de Erdogan sobre la política monetaria.
"Que Albayrak sea el ministro de Finanzas no es una buena señal, especialmente por su cercana relación con el presidente Erdogan. Es una señal de que Erdogan controlará aún más la política económica", dijo Guillaume Tresca, estratega de mercados emergentes en Credit Agricole.
"La independencia del banco central podría verse minada", añadió.
Autodenominado "enemigo de los tipos de interés", Erdogan quiere unos costos de financiación más bajos para impulsar el crecimiento. Los inversores, que han advertido de que la economía alimentada con créditos se está recalentando, quieren ver subidas de tipos decisivas para calmar una inflación de dos dígitos.
Con el nuevo sistema, el cargo de primer ministro ha sido eliminado y el presidente elige a su propio gabinete, regula ministerios y puede despedir a funcionarios - todo ello sin aprobación parlamentaria.