WASHINGTON .- Las autoridades interceptaron este viernes otros dos paquetes dirigidos contra personas críticas del presidente Donald Trump: uno en Florida dirigido al senador demócrata, Corey Booker, y uno en Nueva York dirigido al exjefe de inteligencia, James Clapper.
La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) dijo en Twitter que el undécimo paquete fue hallado en una oficina de correos de Florida y estaba dirigida a Booker. El duodécimo estaba destinado a Clapper y fue mandado a CNN, reportó la cadena.
"Se trata sin duda de terrorismo local, no tengo duda al respecto", comentó Clapper en CNN. "Esto no va a silenciar a los críticos del gobierno".
Las autoridades calificaron el envío de los paquetes explosivos como un acto de terrorismo. Fueron mandados a menos de dos semanas de unas elecciones legislativas que podrían alterar el equilibrio de poder en Washington.
El senador Mark Warner, el principal demócrata en la Comisión de Inteligencia del Senado, dijo a MSNBC este viernes que las bombas caseras enviadas por correo estaban avivando el temor en todo el condado y que los líderes de Estados Unidos, incluido Trump, deben tranquilizar al público.
Los funcionarios electos y otros necesitan decir que esto no es lo que somos como país, agregó. "Sería mucho más fuerte si ese mensaje también viniera de la Casa Blanca".
Nadie se ha atribuido la responsabilidad por los envíos y las autoridades pidieron a los ciudadanos que reporten cualquier pista.
Críticos de Trump como el expresidente Barack Obama, su rival demócrata a la Casa Blanca en 2016 Hillary Clinton, o el exdirector de la CIA John Brennan, en la CNN, recibieron correos bomba que no llegaron a explotar.
Los investigadores buscaron el jueves por todo Estados Unidos al culpable y los móviles del extraño plan de enviar bombas por correo, analizando el interior de los artefactos para revelar si realmente se quería que estallaran o simplemente pretendían sembrar miedo dos semanas antes de las elecciones.
Otros tres dispositivos fueron vinculados a la conspiración -dos dirigidos al exvicepresidente Joe Biden y otro al actor Robert De Niro-. En total suman 11 en una amenaza de tintes políticos prácticamente sin precedentes. Las autoridades advirtieron que podría haber más.