LOS ANGELES.- Mainak Sarkar habría manejado tres mil kilómetros desde Minnesota, al norte de Estados Unidos, a la Universidad de California en Los Angeles (unas 26 horas sin tráfico y sin paradas, según Google Maps) para matar a su profesor.
El motivo, según informes policiacos, era que Sarkar mantenía un pleito con el profesor Bill Klug porque creía que le había robado propiedad intelectual.
Tras el tiroteo en la UCLA, la policía registró la casa de Sarkar en Minnesota, y hallaron una "lista negra" que mencionaba a Klug, a otro profesor de la UCLA y a una mujer, informó el comandante policial Charlie Beck.
La policía fue a la casa de la mujer, en un pueblo de Minnesota, y la hallaron muerta a tiros, informó la televisora local KTLA, por lo que se investiga si también fue asesinada por Sarkar.
Beck se negó a divulgar el nombre de la fallecida. El otro profesor mencionado en la "lista negra" está bien.
Por ahora la policía está pidiendo la asistencia del público para encontrar el automóvil que Sarkar condujo desde Minnesota a Los Angeles. Es un Nissan Sentra modelo 2003 con el número de placa 720KTW.
Sarkar aparece en el sitio web de la UCLA como miembro de un grupo de investigaciones biomecánicas dirigido por Klug, profesor de ingeniería mecánica.
Las clases en la UCLA se reanudaron este jueves aunque no en la escuela de ingeniería, que retornará a sus labores normales el lunes.
Klug era un dedicado hombre de familia y un excelente profesor, dijo uno de sus colegas, el profesor Alan Garfinkel. Ambos trabajaron juntos para construir un modelo computarizado del corazón. "Se trataba de un modelo virtual del corazón que podría usarse para poner medicamentos a prueba y que era capaz de procesar 50 millones de variables", dijo Garfinkel.
"Bill era un hombre genial, el hombre más agradable que podría existir", agregó.
La ceremonia de graduación de la UCLA ahora incluirá un servicio religioso en memoria de Klug, que era un cristiano devoto y dedicaba tiempo a organizar actividades religiosas en el campus.
Peter Gianusso, director de la liga de béisbol juvenil a la que Klug entrenaba, dijo que "era el emblema del espíritu deportivo: carácter, coraje y lealtad".