Los líderes de la Unión Europea (UE) están dispuestos a blindar las fronteras comunitarias para satisfacer a los gobiernos populistas y crear zonas para el desembarco de migrantes fuera de Europas, pero el gobierno de Italia anunció que bloquearía todo pacto que no satisfaga sus demandas.
Desde Berlín, la canciller de Alemania, Ángela Merkel, advirtió ante el Parlamento que la política de asilo definirá el destino de la UE.
Acosada por sus aliados de la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) y su ministro del Interior, Horst Seehofer, quien amenaza romper con su gobierno por su política migratoria, la jefa de gobierno defendió la necesidad de consensuar con la UE una política sobre refugiados y no actuar unilateralmente y regresarlos a sus países de origen sin un acuerdo previo.
Merkel llevará esa posición a la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la UE que inició ayer en Bruselas y concluirá hoy.
El escollo de la cumbre es Italia, cuyo primer ministro, Giuseppe Conte, dijo que espera pasar de las muestras de solidaridad de sus socios a "hechos concretos" y no descartó vetar un acuerdo insatisfactorio en la materia.
"Italia no necesita declaraciones verbales, sino hechos concretos. Esta es la ocasión adecuada", dijo Conte al llegar a la cumbre.
El gobierno italiano propone crear centros para migrantes fuera de los 28 países de la UE y decidir rápido quién puede ser recibido como refugiado.