Diversas ciudades en el mundo como Tokio, Ginebra y Nueva York se posicionan históricamente como las más caras para vivir, pero en el índice del costo de vida de la consultora Mercer de este año, hubo una sorpresa.
Luanda, capital de Angola, se posicionó como la número uno de las metrópolis más caras, superando a Hong Kong, imán de los millonarios chinos, Tokio, Zúrich, y Singapur, en ese mismo orden.
Sin embargo, ¿por qué una ciudad en uno de los países más pobres del mundo se posiciona en dicho sitio? La crisis de petróleo y una inflación nunca antes vista, son las razones de este despunte, según Mercer.
La consultora indicó que lo caro de vivir en Luanda se deriva de los precios de los bienes fundamentales y también al coste de la seguridad.
Lo caro de vivir en Luanda contrasta con la pobreza en la que vive el 50 por ciento de sus habitantes. Un dólar cuesta 390 kwanzas en el mercado da rua, el doble que la cotización oficial, y se aprobó el salario mínimo único de 16 mil 500 kwanzas.
En Angola se vive de las exportaciones de petróleo y de diamantes, pero de los 25 millones de habitantes que tiene, solo 5 millones pueden vivir de los ingresos de ellas.
En esta ciudad la desigualdad es notable. Existen incluso restaurantes prohibidos para los nativos, un alquiler de dos habitaciones ronda los 4 mil euros y un par de pantalones se pueden hallar en cerca de 150 dólares. Pero detrás de dichos lujos, están las familias que viven sin agua potable diaria y con el salario mínimo, que representan el 50 por ciento de las que habitan en dicha ciudad.
En Luanda, quienes pueden gastar dichas cantidades son los ricos extranjeros que la habitan. Cómo ejemplo, figura Isabel Dos Santos, la mujer más rica de África e hija del presidente de Angola. Su padre tiene 38 años en el poder.
En el extremo opuesto, Túnez se ubicó como la ciudad más barata para trabajar, seguido de Bishkek, capital de Kirguistán , Skopie en Macedonia, capital de Namibia y Blatyre, segunda ciudad más grande de Malaui, de las 209 analizadas por Mercer.